Un autogol de Bronn da el pase a final a una gris Senegal
Ambos equipos fallaron un penalti en los noventa minutos y Túnez pudo disponer de otro más en la prórroga, pero el árbitro, VAR mediante, anuló esta posibilidad.
Senegal se ha convertido en el primer finalista de la Copa África de Naciones de 2019. En el camino ha dejado a Túnez, que propició el pase de los 'leones de la Teranga' a la gran final con un desafortunado autogol de Bronn en el tiempo extra.
Empezaron mejor los senegaleses, mucho menos nerviosos que los tunecinos. Koulibaly probó fortuna desde lejos, pero mandó el balón directamente a la grada-, el del Nápoles y Saivet lideraban a los suyos en un mal comienzo de Sadio Mané, muy errático a lo largo de los cuarenta y cinco minutos iniciales. El del Liverpool llegaría a desperdiciar una gran ocasión al borde del descanso tras regatear al portero Hassen y mandar luego el balón a un lateral de la red. Antes, Sabaly también se generó una gran ocasión de gol que nunca llegó a cantarse: el atacante del Girondins de Burdeos estrelló el balón en el poste derecho.
Túnez, más discreto, protagonizó la acción polémica de la primera mitad. Con casi media hora cumplida, Khenissi era derribado por Kouyaté en el área. El colegiado decidió no señalar nada. Fue la mejor ocasión de los tunecinos hasta el comienzo de la segunda parte, cuando de nuevo Khenissi recibió un buen centro y se quedó prácticamente solo, pero su remate se fue muy alto. Las 'águilas de Cartago' salieron con otra actitud de los vestuarios. Poco después de la ocasión de Khenissi, Sassi obligaba a Gomis a protagonizar una gran estirada para evitar el primer tanto del encuentro.
Túnez amilanó a Senegal, que dejó excesivamente solo a Mané en ataque e intentó capear el temporal. Pudieron pagar su bajón en el juego cuando, a falta de un cuarto de hora, Koulibaly provocaba un penalti tras lanzarse a tapar un balón que acabó impactando en su mano. No obstante, ahí estaba Gomis para salvar a los 'leones de la Teranga': el cancerbero senegalés adivinó la dirección del disparo de Sassi, que se recreó en la carrerilla desde los once metros.
El penalti fallado cambió por completo el ánimo de los senegaleses que, pocos minutos después, forzaban la segunda pena máxima del encuentro. Pero, al igual que su contraparte senegalesa, Hassen detenía el lanzamiento de Saivet. El error no desanimó a los senegaleses, especialmente a Saivet, que nuevamente dispuso de una buena oportunidad para romper la iguadad en el electrónico, pero mandó el balón fuera y el partido a la prórroga.
En el tiempo extra, ambos equipos demostraron que llegaban con lo justo: mucha ida y vuelta, pero también mucha imprecisión. Precisamente un error definiría el partido: Hassen despeja mal un centro lateral de Senegal y el rechace es desviado por Bronn hacia la portería tunecina. No sería la única emoción fuerte de la prórroga: a falta de cinco minutos, el árbitro señalaba una mano de Gueye dentro del área de Senegal, señalaba penalti a favor de Túnez y luego, inexplicablemente, daba marcha atrás en su decisión. Los últimos instantes estuvieron plagados de interupciones, con Khazri desquiciado y encarándose con todos y Senegal achicando agua para poder confirmar su pase a la final.