El laberinto de Zidane
El técnico valora añadir otros dibujos a los habituales 1-4-3-3 o 1-4-3-1-2 que vino empleando. El doble pivote gana fuerza en el medio.
La renovación abordada por el Real Madrid afectará al sistema de juego. Zidane ya anunció en el tramo final del pasado curso su intención de proponer otros dibujos que revisarán la idea general del equipo. La política de fichajes, con el recorrido de Mendy, la versatilidad de Hazard, el dinamismo de Jovic y el vigor de los deseados Pogba y Fabián, encaja con los movimientos tácticos que puede diseñar el entrenador galo.
En las dos temporadas y media de éxito entre 2016 y 2018, Zidane empleó como sistemas de cabecera el 1-4-3-3, forzado por la presencia de la BBC, y el 1-4-3-1-2 en rombo con Isco oficiando de mediapunta. El técnico replicó estructuras similares en los 11 partidos del pasado curso: nueve veces utilizó el 1-4-3-3, una el 1-4-4-2 y otra el 1-4-2-3-1. Ahora emergen otras opciones. La promoción definitiva del 1-4-2-3-1 (o una variante ofensiva como el 1-4-2-1-3), con un doble pivote en el medio, o la apuesta de alinear a Jovic y Benzema pueden ganar peso en la hoja de ruta que Zidane tiene planeada en su cabeza.
Por encima del propio dibujo, se abre paso una nueva filosofía. La prioridad de Zidane de incorporar a Pogba es el síntoma. El entrenador blanco pretende reanimar un medio campo alicaído con un futbolista de recorrido y podría prescindir de la titularidad de Casemiro. El último interés por Fabián, adelantado ayer por AS, se ajusta también a este perfil. Tanto Pogba como el del Nápoles prometen más goles que los actuales centrocampistas: 16 y 7 esta temporada, respectivamente, por los 4 y 1 de Modric y Kroos.
El bajón físico del Madrid apoya este plan. La Champions, la competición que explica todo en el Bernabéu, demostró la falta de piernas colectiva frente a la hiperactividad del Ajax, que recorrió 15 kilómetros más en la eliminatoria. El Mundial pasó factura a futbolistas como Modric (72 km completados y 56 robos). Al Madrid llegó sin aliento. El título posterior del Liverpool secunda la vigencia destacada de equipos con nervio y veloces. El pasado Mundial anticipó esta tendencia que apunta a convertirse en dominante. La campeona Francia puede ser el espejo en el que quiere mirarse Zidane en este proceso de reconstrucción.