Las claves del trueque bajo palos entre Cillessen y Neto
La voluntad de los dos porteros de cambiar de aires y la necesidad de Barcelona y Valencia de traspasar futbolistas antes del 30 de junio para cuadrar presupuesto, claves en la negociación.
El Barcelona y el Valencia ultiman un 'trueque bajo palos'. Cillessen por Neto, Neto por Cillessen. La operación está encarrilada, aunque aún no está cerrada, y se espera hacerla oficial en los próximos días. De hecho los tiempos son uno de los factores que han influido en la negociación. De ahí que los clubes, en este sentido, intercambian información e inclusive documentación desde hace unos días, entre otras razones porque tanto Valencia y Barcelona tienen interés en que se cierre antes del 30 de junio.
La voluntad de Jasper Cillessen. El holandés, indiscutible en su selección, llegó al Barcelona procedente del Ajax hace tres temporadas. Desde entonces ha jugado en proporción más partidos con Holanda (20) que con el Barcelona (32). En el Camp Nou habita a la sombra de Ter Stegen y Cillessen se ha cansado de esa situación. Hace varios meses que le dijo a su agencia de representación que transmitiera al Barcelona su voluntad de salir y el Valencia es uno de los clubes que han llamado a su puerta. A Cillessen le convence el proyecto blanquinegro, un club que compite en la LaLiga y en la Champions League y donde tiene el ejemplo precisamente de Neto, que recaló en Mestalla como suplente de Buffon en la Juventus de Turín y con el Valencia ha jugado 80 partidos en dos temporadas.
La voluntad de Neto Murara. El brasileño, con galones de titular para Marcelino y con un valor de mercado según Transfermarket idéntico al de Cillessen (18 millones), acaba contrato con el Valencia en 2021. Ello, en los tiempos del fútbol, significa que a dos años vista, o renueva o su valor en el mercado empieza a ir a menos. Neto estaba abierto a cambiar de aires, entre otras razones porque el Valencia tiene unos topes salariales de los que no iba a salirse en una renovación, algo que no sucede en Camp Barça, que le pagará el doble de lo que percibe en Mestalla. Ello sumado a la oportunidad de recalar en el Barcelona, aunque sea con Ter Stegen de compañero/rival, siempre es tentadora. Neto, pese a la experiencia que vivió en la Juventus como suplente de Buffon, confía en su rendimiento y de ahí que su voluntad sea recalar a las órdenes de Ernesto Valverde, como en su día sucediera, entre otros, con Paco Alcácer, André Gomes o Jeremy Mathieu.
El interés contable de Valencia y Barcelona. A los dos clubes les interesa cerrar la operación antes del 30 de junio. Ello por mera cuestión contable. Se habla que el 'trueque bajo palos' se cifrará entre 25 y 30 millones (más cerca de la segunda cifra que de la primera). Cabe recordar que en términos contables, una venta se cuenta de forma íntegra en el ejercicio que se realiza (se le resta, eso sí, lo que quede por amortizar de la compra del jugador en cuestión); mientras que un fichaje, contablemente, se divide la cifra de traspaso en los años que firma de contrato. Por ejemplo, en el caso de Neto, el Valencia pagó 7 millones a la Juventus y le firmó por cuatro años. Ello significa que si se le traspasa al Barcelona por 30 millones, en las cuentas del Valencia del ejercicio 2018/19 se contabilizará por Neto 26.5 millones (los 30 millones del hipotético traspaso al Barcelona menos los 3.5 que restan por amortizar al quedarle dos años de contrato). Esa cuantía, en el caso del Valencia, permitirá al club equilibrar su presupuesto, evitando caer en pérdidas, y le reforzará de cara a otras operaciones que tiene en marcha, dado que sus 'necesidades' serán menos urgentes.
Un problema menos para Valverde y Marcelino. Ni Neto ni Cillessen tienen cartel de futbolistas problemáticos, al contrario, si bien, tanto Ernesto Valverde como Marcelino García Toral ganan también con el 'trueque bajo palos'. A fin de cuentas uno y otro entrenador van a tener a sus órdenes a dos guardametas con voluntad de estar en sus vestuarios. En el caso del Txingurri, con Neto asumiendo que recala en un Barcelona con Ter Stegen en sus filas; en el caso de Marcelino, con Cillessen con hambre de demostrar su valía.