El aire fresco de la canarinha

Tal y como estaba previsto, la selección brasileña arrancó con triunfo su participación en su Copa América. Si bien es cierto que los de Tite no mostraron un nivel que asuste al resto de selecciones, la debilidad del equipo boliviano y la pegada puntual de los brasileños fueron más que suficiente para que el encuentro finalizara rozando la goleada.

Tras la dramática lesión de Neymar y su adiós a la canarinha para la Copa, Coutinho asumió galones, aprovechando de paso la liberación de jugar de mediapunta y siendo el jugador diferente en la línea de tres cuartos para dejar a un lado su flojo año con el Barcelona. El '11' brasileño fue el encargado de ejecutar el penalti por una mano que no se le escapó al VAR, haciendo el segundo poco después al empujar un exquisito centro de Firmino, quien dejó varios detalles de calidad pese a no cuajar su mejor encuentro.

La mejor noticia, quizás, fue ver el relevo generacional hecho realidad con la movilidad e insistencia de Richarlison y, en especial, David Neres. El aire fresco que aportan en las bandas contrasta con la veteranía de los laterales, con Filipe y Dani Alves como inquilinos inamovibles en los carriles pese a estar impecables ante los de Eduardo Villegas. Esta línea de tres en la medular será fundamental para generar todo el fútbol que no lleguen a generar la dupla Fernandinho-Casemiro, una roca en defensa pero muy limitada en la creación.

Ya en el tramo final, Everton quiso su cuota de protagonismo con un golazo que ya oposita a uno de los mejores que habrá en el torneo. Otro de la nueva hornada de talentos brasileños.

Si bien es cierto que Brasil fue superior prácticamente de principio a fin, su rival es uno de los más débiles, sino el que más, y la canarinha deberá dar un paso adelante para confirmar su condición de favorito al título, algo que no logran desde el 2007. La primera piedra ya está puesta.