MUNDIAL SUB-20
Lo mejor y lo peor de Uruguay en el Mundial Sub-20 de Polonia
La selección charrúa dejó una fase de grupo perfecta, con un juego sólido y buenos resultados. Sin embargo, se olvidó del talento ante Ecuador y quedó eliminada en octavos.
Antes del comienzo del Mundial Sub-20 había varias selecciones que llegaban a Polonia con la etiqueta de favoritas. Una de ellas era Uruguay, que llegaba con un plantel repleto de talento y tras cuajar un gran Sudamericano. Aunque nunca había sido capaz de levantar el torneo si que tenía en su palmarés dos subcampeonatos, y había sido cuarto clasificado en el último Mundial disputado en Corea del Sur. El objetivo era romper el maleficio y levantar la Copa por primera vez en la historia.
La fase de grupos no hizo más que aumentar la ilusión. Tres victorias en tres partido, mostrando un juego bastante sólido y demostrando tener una profundidad de plantilla suficiente para afrontar la fase eliminatoria con garantías. Sin embargo, todo se derrumbó en octavos de final. Desde el comienzo del partido y a pesar del gol de Ronald Araújo, se vio a un equipo sin ritmo, demasiado agarrotado y con poca vocación ofensiva. Ecuador si aprovechó su talento y acabó superando con justicia a Uruguay.
Lo mejor: Brian Rodríguez, Acevedo y el futuro
Se vieron indicios de otra generación que dará alegrías al pueblo uruguayo. Futbolistas muy formados a pesar de su corta edad, algunos entre los mejores del torneo durante la primera fase. En todas las líneas, incluyendo el portero Franco Israel, se notaron brotes de lo será el futuro de la selección mayor.
Por encima del resto, destacar a dos futbolistas. El primero es Brian Rodríguez, un talento en frasco pequeño con una carrera más que prometedora por delante. El extremo carbonero fue el factor diferencial en el ataque charrúa. Incluso contra Ecuador fue el único capaz desequilibrar la anclada defensa rival. Durará poco en Peñarol. El otro es Nicolás Acevedo, mediocentro de Liverpool que sujetó a Uruguay en los momentos en los que más lo necesitaba, actuando como escoba y dando tranquilidad y sencillez al fútbol de su selección en el medio del campo.
Lo peor: esos malditos octavos
Al equipo le faltó reacción. Ecuador fue capaz de superarlo en prácticamente todos los aspectos del juego, y sólo tras el gol de Quintero para poner el 2-1 se vio un 'cambio de chip' en los futbolistas uruguayos. Esto, mezclado con los numerosos errores cometidos con la pelota en el segundo tiempo sentenciaron al equipo de Gustavo Ferreyra.
El técnico también tuvo parte de responsabilidad. No fue capaz de sacar el máximo partido de jugadores de gran talento como Sanabria, Santiago Rodríguez o Ginella, demasiado atentos a ayudar en defensa. Además, el juego directo que buscaba Uruguay, especialmente en el primer tiempo, no benefició a algunos futbolistas que se sienten más cómodos con la pelota que sin ella.