El Atlético B reparte el gol: tiene hasta 13 distintos en la 18-19

La continuidad del Atlético B en la promoción de ascenso pasa por un resultado positivo en Anduva ante el Mirandés. El 0-0 de la ida permite que cualquier empate con goles o la victoria dé el billete para la segunda ronda a los colchoneros. La solvencia defensiva se ha mostrado importante en la presente campaña y junto a ello la creatividad y la capacidad goleadora del equipo hacen que haya motivos para soñar.

Siendo el segundo equipo más realizador del Grupo I por detrás del Castilla, los 58 goles a favor han estado muy repartidos entre 13 futbolistas. El equipo ha carecido de un goleador absoluto, un hombre referencia capaz de sumar cifras cercanas a la veintena. En parte porque el que está llamado a esa faena, Sergio Camello, aún es juvenil de segundo año; en parte por las lesiones porque tanto Darío como Borja, los delanteros de inicio de curso, han estado bastantes jornadas fuera del césped.

El máximo realizador del equipo ha sido ex aqueo para dos hombres: Oscar Pinchi y Darío Poveda, nueve tantos cada uno. El interior izquierdo tiene extraordinaria capacidad para encontrar espacios por donde acabar las jugadas. Darío es un delantero con capacidad para el remate como sea. De cabeza o con ambas piernas.

Los juveniles Mollejo y Camello suman 13 goles entre ambos, pese a que han jugado mucho menos que el resto porque arrancaron la temporada, uno en el banco del B, el otro en el juvenil A. Son un peligro a la contra y entre ellos se entienden. Un argumento más es la capacidad del equipo en la estrategia. Gracias a la calidad técnica de Toni Moya especialmente el filial tiene algunos argumentos para sorprender a balón parado. Ahí destaca Tachi, especialista en el juego aéreo. Hay más argumentos para el gol porque como hemos dicho está muy repartido como la fantasía de Joaquín, capaz de acabar jugadas aunque su mayor virtud sea crearlas o el golpeo a larga distancia de Cristian.