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FINAL DE COPA | BARCELONA - VALENCIA

El flechazo de Messi con el Villamarín

Pese a no ser el estadio donde más se ha lucido, en los dos últimos años ha sido tratado con honores por un caño a Guardado y un hat-trick.

Barcelona
El flechazo de Messi con el Villamarín
Aitor AlcaldeGetty Images

No es fácil explicar la relación de Messi con el Benito Villamarín, sede de la final de Copa. No es el estadio donde más goles ha marcado e incluso en noviembre de 2013 se rompió el bíceps femoral de la pierna izquierda y estuvo parado dos meses. Hasta falló un penalti en una eliminatoria de Copa del Rey en el que golpeó mal y mandó el balón al gol sur del estadio verdiblanco.

Pero algo ha nacido en los dos últimos años entre Messi y el Villamarín que culminó con la ovación que le dedicó este año la afición del Betis después de hacer un hat-trick preciosista que culminó con una vaselina maravillosa a Pau. Los hinchas verdiblancos se pusieron en pie espontáneamente a aplaudirle y hasta a corear su nombre. El jugador asistió algo sorprendido al episodio: "La verdad es que no recuerdo nada igual. Estoy agradecido al comportamiento de la gente. Siempre que venimos a este estadio nos tratan muy bien".

Lo de Messi venía de atrás. Siempre ha sido un jugador respetadísimo para la afición del Betis. Pero la mecha que hizo que el reconocimiento fuera público se encendió en la temporada 2017-18. Entonces Messi bajó al área de Ter Stegen para ayudar en la salida de balón y logró salir de la presión de tres jugadores verdiblancos. La jugada acabó con un espectacular caño a Guardado que la afición recibió con un murmullo que luego convirtió en aplausos.

El ánimo de Messi, que este mismo viernes sabrá oficialmente si es Bota de Oro (Mbappé necesita cuatro goles para igualarle y cinco para superarle) ha ido cambiando poco a poco con el paso de los días. El argentino regresó hundido de Liverpool, donde fue consolado por Pepe Costa en el avión. Fueron días de agujeros negros, como dijo Busquets, para la plantilla. Los días han pasado y pese a que sabe que ha perdido una oportunidad de oro para levantar la Champions en la Wanda, al argentino no le ha quedado más motivo que levantarse. Los dos goles en Eibar le hicieron recuperar la sonrisa y ahora su objetivo es levantar físicamente su título número 35 con el Barça antes de volar a Argentina para empezar a preparar la Copa América de Brasil en la que, una vez más, intentará darle un éxito a su país. Pero antes, la final de Copa en otro de sus jardines, el Benito Villamarín.