Los fichajes de este curso, olvidados en el tramo decisivo
Doumbia y Carnero vieron el partido contra el Levante desde la grada. Patrick Roberts fue citado, pero no jugó y Soni, del filial, le pasó por delante.
El Girona ha acabado la temporada siendo un equipo sin alma. La racha de ocho derrotas en los últimos nueve partidos ha acabado condenándole a un descenso que se confirmaría el sábado tras el duelo ante el Alavés. Eusebio Sacristán, tal y como desveló el pasado domingo tras perder ante el Levante, no ha estado a la altura de las expectativas y es que el conjunto rojiblanco perdió el factor sorpresa de su primera campaña en Primera. La toma de decisiones en momentos puntuales de la campaña no han sido las acertadas y, además, los refuerzos apenas han tenido protagonismo.
Sin ir más lejos, en el encuentro más decisivo de la temporada, el del pasado domingo contra el Levante, las tres caras nuevas del Girona este curso no tuvieron ni un solo minuto. Seydou Doumbia, que llegó en verano, y Raúl Carnerno, que lo hizo en el mercado de invierno, vieron el duelo desde la grada de Montilivi al quedarse fuera de la convocatoria. Y Patrick Roberts (cedido por el Manchester City) lo hizo desde el banquillo. No jugó e incluso le pasó por delante el futbolista del filial Kevin Soni. La apuesta que hizo la dirección deportiva en mantener el grupo que hacía justo un año logró una permanencia tranquila fue fuerte, pero también arriesgada porque las lesiones de larga duración de jugadores como Mojica y Aday dejaron tocado a un equipo que ha acabado por hundirse y al que el curso se le ha hecho excesivamente largo. Otro aspecto que le ha pasado factura al Girona este curso es que ha habido jugadores que no han mostrado su mejor versión. Un claro ejemplo es ‘Choco’ Lozano, que fue titular contra el Levante. El delantero no ha logrado ni un solo tanto en Liga esta campaña.
El sábado, el Girona disputaría su último partido en Primera y se espera que Eusebio Sacristán anuncie que deja el banquillo rojiblanco. Será entonces cuando el director deportivo Quique Cárcel deberá empezar a rastrear el mercado en busca de un técnico que devuelva al equipo la confianza. La idea es dar con un entrenador que apueste por un sistema de juego de combinación sin fisuras y que sea capaz de mantenerlo durante toda la temporada para que sus futbolistas sepan a qué juegan en cada partido.