Girona: descenso tras una temporada en caída libre
Solo ha logrado 13 puntos en la segunda vuelta; en casa se ha hundido porque es el peor local: 15 puntos y con solo tres victorias en 19 partidos.
Hacía tiempo que el Girona entró en barrena y nadie supo ponerle freno. La segunda vuelta del conjunto rojiblanco ha sido para olvidar, tan solo ha sido capaz de sumar 13 puntos (es el segundo peor equipo, con únicamente un punto más que el Rayo), y ya ha tocado fondo. Salvo hecatombe en Balaídos en el duelo del Celta contra el Rayo, el sábado los gerundenses jugarán su último partido en Primera de la temporada. La Segunda les espera.
Eusebio Sacristán no ha sabido mantener el legado de Pablo Machín y ahora tocará reconstruirse para tratar de regresar cuanto antes a la categoría de oro del fútbol español. Esta temporada ha sido una montaña rusa de emociones porque en la primera vuelta, los rojiblancos acabaron en novena plaza, pero no han sabido aguantar el ritmo. Es cierto que se han vencido en estadios de Champions como Bernabéu y Mestalla, empatado en el Camp Nou y que se alcanzaron (fue histórico) los cuartos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Atlético de Madrid, pero no nada de eso ha servido para mantener en Primera por tercer año seguido. En el momento de la verdad, el Girona no ha competido y haber perdido ocho de los últimos nueve encuentros, entre los que se incluyen los duelos directos contra Villarreal, Celta, Valladolid y Levante, han provocado las lágrimas en una ciudad que el fútbol les vuelve a dar la espalda.
Tras caer en la jornada 34 ante el Valladolid, el club se planteó rescindir el contrato de Eusebio pero se le ratificó. Es cierto que, en la jornada siguiente, ante el Sevilla, se venció, pero fue un espejismo. El conjunto rojiblanco ya había entrado en barrena y contra el Levante se confirmó el drama del descenso. ¿Y Montilivi? El equipo no ha rendido en casa. Es el peor local de la categoría (15 puntos) y es que únicamente se han cosechado tres victorias. Resta aún una jornada de Liga. Un suplicio para un club que debe volver a tomar las riendas de su futuro.
Eusebio Sacritán tampoco ha sabido dar con la tecla en una campaña en la que la idea de juego ha variado constantemente. Del 3-5-2 se pasó al 4-3--3, mutando a veces al 4-4-2, y se ha acabado apostando por el 4-1-4-1. Además, han faltado goleadores. Solo Stuani y Portu han logrado más de dos.