El City, ante otro final de infarto
Los de Guardiola se juegan la Premier en la última jornada con el Liverpool, una situación que remite a 2012, cuando Agüero decidió la liga en el último minuto.
Es indiscutible que Inglaterra ha recuperado la hegemonía europea tras varias temporadas de decepciones. Liverpool o Tottenham acabará el curso como campeón de la Champions League, el primer campeón inglés en seis temporadas, mientras que Arsenal y Chelsea cuentan con muchas opciones de alzar la Europa League en la final de Bakú. Sin embargo, el fútbol inglés todavía no tiene rey: la Premier League se decide este fin de semana en la última fecha del campeonato. Los contendientes, Manchester City y Liverpool.
Los de Guardiola viajan a Brighton, último equipo por encima del descenso, y actualmente ostentan el liderato de la competición con un punto de ventaja sobre el equipo de Klopp. Por su parte, los 'reds' deberán doblegar en casa al sorprendente Wolverhampton, séptimo en la tabla, y esperar un pinchazo de los mancunianos para ganar su primera liga inglesa desde 1990, cuando todavía no existía el formato Premier. Con todo por decidir en los 90 minutos finales, la situación remite a aquella en la que el conjunto 'skyblue' conquistó su primera Premier League en la campaña 2011-12.
Campeón en el 94'
Entonces todo era muy diferente. Sir Alex Ferguson todavía entrenaba al Manchester United que dominaba Inglaterra con Rooney como figura, Luís Suárez disputaba su primera temporada completa en Liverpool, el Aston Villa todavía no había descendido jamás y el Arsenal de Wenger acumulaba seis años sin títulos. También era un City distinto: Mancini ocupaba el banquillo de un proyecto que no terminaba de despegar y que en verano buscó en Agüero, previo pago de 40 millones al Atlético, a ese jugador que les hiciera ser el dominador del fútbol inglés.
Durante gran parte de la temporada, el objetivo parecía que se cumpliría sin mayor dificultad, pero una serie de tropiezos de los 'citizens' y el ADN ganador del United lo pospuso todo para la última jornada: los dos conjuntos de Manchester llegaban empatados a 86 puntos a la última jornada del campeonato con el City por delante gracias a la diferencia de goles. Además, la última jornada deparaba un partido sencillo para los celestes: recibían en el Etihad Stadium a un Queens Park Rangers que luchaba por evitar el descenso, mientras que su eterno rival debía viajar a Sunderland. La parte azul de Manchester celebraba por adelantado el ansiado título.
Pero Ferguson jamás vendió barata su piel. Llegado el día, el United, decidido a meter la presión al líder, se adelantaba a los 20 minutos de partido por medio de Rooney. El balón estaba en el tejado de los 'citizens', pero no tardaron en responder: Zabaleta ponía el 1-0 al borde del descanso. Los de Mancini ya lo tenían prácticamente hecho: cuarenta y cinco minutos y serían campeones ligueros por primera vez en 44 años.
Sin embargo, todo se desmoronó en veinte minutos. Cissé ponía las tablas en el marcador y daba el título al United, que controlaba cómodamente su partido y que aún celebraría otro gol más: el de Jamie Mackie, el 1-2 del QPR. El City necesitaba dos goles si quería ser campeón y Mancini, desesperado, dio entrada a Balotelli y Dzeko para intentar la gesta. Pasaban los minutos y los celestes no eran capaces de romper la defensa londinense, que aguantaba de forma heroica y al que solo le restaban los cinco minutos de descuento para regalarle el vigésimo título liguero al United. Con dos minutos cumplidos, Dzeko cabeceaba a la red un balón servido por Silva y daba esperanzas a los 'citizens'. Entonces, ocurrió lo impensable: a un minuto de finalizar el encuentro, con la parte roja de Manchester celebrando el título y aficionados del City abandonando el estadio, Agüero ponía el 3-2 en el marcador para hacer historia. Seguramente, más aún tras el "Iniestazo" de Kompany, Guardiola prefiera un final más apto para cardíacos.
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