Pedrosa corre, el Atlético mira
Autogol de Godín tras un carrerón suyo hundió a los rojiblancos. Iglesias sentenció con un doblete. Los del Cholo no aseguran la plata. El Espanyol sueña con Europa.
Cuarenta y cinco minutos antes de que Pedrosa eche esa carrera, el Atleti sale con prisa, como si así pudiera acercarse a eso que busca. Ser segundo matemático esta Liga, sólo un punto separa. El Espanyol de Rubi se levanta ante ello como una muralla, sobre la hierba de su RCDE Stadium y estrenando camiseta nueva. Intenta asaltar Morata a los dos minutos tras robarle el balón y la cartera a Hermoso en un visto y no visto. Evitó Diego López. Sería, casi, su única parada del día.
Mientras Simeone se desgañitaba, Koke y Lemar se intercambiaban las bandas y Rubi ordenaba a sus hombres 4-3-3, buscando la verticalidad. Pero sin desabrigarse atrás, por mucho que la tarde estuviera de sol, primavera y vermú. Morata seguía hurgando a la espalda de Hermoso.
A su lomo, que Grizi andaba en uno de esos días de estar pero no, sumaron los rojiblancos una triple ocasión buscando la llave de la portería de Diego López. Primero Morata, después Koke a punto de aprovechar que el portero soltó la pelota ante él sólo para empujarla, más tarde Savic, con un cabezazo que se marchó fuera. Comenzarían los apuros para el Atleti en la jugada siguiente, con la réplica del Espanyol.
Primero el Panda Iglesias se coló con velocidad en la defensa desorganizada del Atleti para llegar al final con el disparo ahogado. Después fue Wu Lei encontrando un agujero a la espalda de un Godín que el mismo Godín taponó. Marc Roca y Melendo le daban al Espanyol visión, juego y fluidez. Lemar andaba perdido en el mismo día que Grizi, mientras Simeone seguía dejándose la voz en cada pérdida de balón de los suyos. La prisa del principio parecía de otro partido. Lo de ahora eran minutos de pretemporada sólo que jugados en Liga. Ese punto que el Atleti necesitaba ya estaba en el 0-0 del marcador. El descanso asomaba. A segundos estaba cuando a Pedrosa le llegó ese balón, regalo de Grizi.
Fue en la frontal de su área, a 87,8 metros de Oblak. Lo recogió y con él dibujó un Gol Forrest Gump. Con descaro y un sprint brutal, por toda la banda y la pelota cosida a la bota. Savic sale al cruce pero se lesiona. Juanfran mira. Pedrosa llega a la línea de fondo y centra atrás. Godín, en su intento de despeje, se lo cuela a Oblak. Godín, sí Godín, en su antepenúltimo partido con el Atleti quizá. El peso del mundo estaba en sus hombros cuando el túnel de vestuarios lo engulló al descanso. A Simeone ya le faltaban la voz y el punto que le daba la plata.
Descalabro tras el descanso
Cuando regresó el partido había salido Correa por Savic y Saúl llevaba puesto su traje marrón: hoy de central izquierdo. Le saldrá o no, pero es encomiable su sacrificio. Sólo le falta jugar de portero. Antes de que al Atleti le diera tiempo a encontrarse en los cambios, Borja Iglesias saltó sobre el partido a lo Arya Stark y su “hoy no” por si el Cholo buscaba la remontada. Ayudó Rodrigo, que sumó otra pérdida a su catálogo de horrores de la tarde en Cornellá.
Melendo aprovecha el regalo y se lo filtra en profundidad a Borja Iglesias que campa a sus anchas en el desorden de la zaga rojiblanca. Cae Oblak en el mano a mano. 2-0. De poco sirven los cambios inmediatos del Cholo. Montero para que Saúl abandone la defensa, Vitolo para que Lemar se fuera arrastrando su día de nada al banquillo. No se repondría el Atleti ya de los golpes.
El Espanyol daba agua, jabón y picaba como una avispa. Superadísimos los rojiblancos, nada venían venir. Y menos mal que, al menos, tenían a Oblak. Antes de que Iglesias le pusiera el cierre al partido de penalti, tras carga de Juanfran para frenar a Puado, dejó dos de sus manos milagro. Ante Darder, ante Pedrosa. Un tributo a una temporada llena de fotos horribles como esta de Cornellá: es el único que en ella ha mantenido el nivel. Incluso ayer, goleado por el mejor Espanyol de Rubi.
Lo de la plata tendrá que esperar. Mientras, Pedrosa podría seguir corriendo.