Alberto, de suplente a héroe del Rayo: "Sentí qué es meter un gol"
El capitán regresó al once tras cinco meses a la sombra de Dimitrievski y fue decisivo ante el Valencia, especialmente con el penalti parado a Parejo: "Estamos unidos para lo bueno y lo malo".
Alberto García fue una de las grandes novedades en el once de Paco contra el Valencia. La última vez que el guardameta había jugado en Liga fue el pasado 3 de noviembre de 2018, frente al Barcelona, por lo que regresó a la titularidad cinco meses después. Pasó de suplente a héroe en Vallecas al detener un penalti a Parejo con 0-0 en el marcador y firmar otras paradas decisivas para el Rayo, como las de puños a Parejo y Guedes. Fue su partido por muchos motivos, también por su faceta más ofensiva y es que el cancerbero hizo 19 pases buenos, un 68% del total. Un aspecto que el mismo Paco quiso destacar al término del encuentro, explicando también el porqué de su cambio bajo palos. "Alberto tiene un juego más aseado con los pies que Dimitrievski y nos ha ayudado a tener algo más de posesión. Si ha soñado con un partido seguro que no era tan bueno como el que ha hecho", afirmó el técnico.
También Alberto quiso hacer hincapié en esa labor de los porteros, que en ocasiones pasa más inadvertida. "Míchel también lo demandaba. Muchas veces se valora más por lo que se para que por lo que se construye y a lo largo de los partidos toco más la pelota con el pie que con las manos. Me satisface que el entrenador valore eso. El guardameta en este equipo es especial porque tiene que contribuir mucho en la salida de balón ", explicó en sala de prensa el capitán, quien reivindica siempre el grupo, el todo por encima de todos: "El fútbol es un deporte colectivo y eso debe primar sobre lo personal. Contribuir en un equipo es hacerlo en el día a día y no hay nada más bonito para mí que el Rayo consiga el objetivo. Esa es la manera de agradecer lo que hicieron a los jugadores que no están y sufrieron mucho para que este equipo estuviera en Primera".
Alberto fue titular indiscutible la pasada temporada, la del ascenso, en la que disputó 41 partidos. De ahí que comenzara la 2018-19 bajo palos, así fue durante las once primeras jornadas (Sevilla, Atlético, Athletic, Huesca, Alavés, Real Sociedad, Espanyol, Leganés, Getafe, Girona y Barcelona). "Me cambió un poco el rol. Venía de dos o tres años en los que había tenido continuidad y cuando no la tienes debes aprender a sumar. Al dejar de jugar tienes la posibilidad de centrarte en ti mismo y corregir cosas. Me dio tiempo a hacer reflexiones individuales y no desengancharme. Fuera se pasa mal", confesó y quiso acordarse de uno de los pilares básicos de su vida, su familia: "No uso redes sociales ni ruedas de prensa para reivindicar cosas personales. El profesional se lo tiene que llevar a su casa y rumiarlo con la familia. Sufren mucho y hacen que cuando te tambalees no te caigas. Por eso les dediqué la parada a Parejo, ahí sentí un poco qué es meter un gol".
Alberto desapareció del once en Liga, pero sí tuvo minutos en Copa con el Leganés y contra el Grasshopper en el Trofeo Vallecas, donde también paró un penalti. De hecho, el cancerbero ha detenido tres de cinco en Primera, dos de ellos con el Sporting (a Caicedo y a Aduriz) y otro con la Franja (Parejo). Un momento en el que le sirvieron los consejos de otros miembros del equipo. "Me basé en las opiniones de mucha gente porque varias cabezas piensan mejor que una. Un penalti no lo para sólo el portero, hay mucha gente que trabaja detrás para optimizar nuestro rendimiento", esgrimió un jugador muy querido tanto en la grada como dentro del vestuario: "En el fútbol quedan personas y compañeros. El año pasado te sientes importante y éste se te tambalea tu figura dentro de un once. Lo que queda es dar ejemplo, quiero que se me recuerde por intentar contribuir por un bien común. Los compañeros se alegran por ti porque en malos momentos tú también estuviste. Eso es el fútbol, compartir momentos y sensaciones".
El Rayo se impuso al Valencia y puso fin a su peor racha en Primera, después de haber sumado sólo un punto en nueve jornadas. Ya se ve la luz, con la salvación a tres. Una de las claves fue dejar la portería a cero, algo que llevaba diez jornadas sin suceder, desde la victoria en Mendizorroza por 0-1. Cada vez que el Rayo no ha encajado este curso ha ganado (Huesca, Eibar, Valladolid, Alavés y Valencia) y sólo dos veces lo hizo recibiendo goles en contra, frente al Levante (2-1) y el Celta (4-2). "Metemos los goles todos y nos los meten a todos. Para lo bueno y lo malo estamos unidos", reflexionó Alberto, un héroe con los pies en la tierra: "En el fútbol no puedes esperar nada, tienes que afrontar lo que te llega".