Oliver Kahn regresa al Bayern
Karl-Heinz Rummenigge anunció la vuelta del legendario guardameta, que le sustituirá como director general en 2021. Como jugador muniqués, Kahn lo ganó todo.
Sin experiencia previa como entrenador pese a adquirir la licencia en 2010, Kahn ha pasado los últimos años colaborando en diferentes medios de comunicación como analista deportivo.
Icono alemán
La vuelta del legendario guardameta continúa la tradición del Bayern de posicionar exjugadores al frente de la dirección del equipo como Beckenbauer, Hoeneß, Rummenigge o Salihamidzić. Y pocos jugadores pueden presumir del palmarés de Kahn con el Bayern: ocho Bundesligas, seis Copas de Alemania, una Copa de la UEFA (1996) y una Liga de Campeones (2001), además de haber defendido la camiseta muniquesa en 632 ocasiones.
Además, es el tercer jugador que más partidos ha disputado en la Bundesliga y el primer portero en la lista con 557 encuentros: 429 con el Bayern y 128 con el Karlsruher SC, club en el que militó entre 1987 y 1994 y al que llegó con seis años.
Asimismo, su carrera internacional es notable: defendió la camiseta alemana en 86 ocasiones entre 1995 y 2006, erigiéndose campeón de Europa en 1996. Menos suerte tuvo en la Copa del Mundo, quedando en segundo lugar en 2002 ante el Brasil de Ronado Nazario y siendo tercero en 2006 después de caer en semifinales ante Italia, a la postre campeona.
Una trayectoria plagada de títulos en lo colectivo que tuvieron su repercusión en lo individual: elegido 3 veces Mejor Portero del Mundo según la IFFHS (1999, 2001 y 2002), cuatro veces Mejor Portero de Europa (1999, 2000, 2001 y 2002), un Balón de Bronce (2002) y el Balón de Oro del Mundial 2002 de Corea y Japón.
Un temperamento volcánico
"Siento que todo se volvió extremadamente suave". Así se expresaba Kahn en la televisión pública alemana sobre el fútbol que dejó a su retirada. A lo largo de su carrera, el meta se granjeó una merecida fama de tipo duro, merecedor de apodos como 'Vol-Khan-o' por su carácter vehemente e impredecible y se convirtió en habitual foco de las iras de los aficionados rivales, que le llegaron a tirar plátanos y a comparar con un gorila. También sufrieron su temperamento compañeros como Franck Ribéry o Luca Toni, en su día flamantes fichajes bávaros a los que pedía más de la siguiente forma: "Algunos tienen que entender que dos o tres buenos partidos no son suficientes. El Bayern no es como Marsella o Florencia, sino como el Milan, Real Madrid, Barcelona o el Manchester United".
Cualquier otro equipo se lo habría pensado dos veces antes de confiar en alguien con un carácter tan volátil como el de Kahn, pero no es el caso del Bayern: está en la cultura del club bávaro que los altos cargos interfieran regularmente en la vida del equipo. La eliminación en los octavos de la Liga de Campeones a manos del Liverpool y el discreto año en Bundesliga, a expensas de la abultada victoria de este fin de semana sobre el Dortmund que podría decantar el campeonato, los resultados no parecen suficientemente buenos para el 'Rekordmeister'.