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REAL MADRID - EIBAR

Un Eibar feliz y casi salvado aterriza en la gran depresión

Reguilón se estrena con Zidane y descansa Ramos. Vuelve Cucurella. Tarde británica en el Bernabéu: llega el equipo que más centros manda.

Ramos bromea con Reguilón durante un entrenamiento del Madrid.
Ramos bromea con Reguilón durante un entrenamiento del Madrid.EDUARDO CANDEL
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Hoy vuelve a un Bernabéu con el ánimo en las suelas José Luis Mendilibar, entrenador del Eibar y, a su manera, uno de los últimos románticos del fútbol (sigue el partido en directo en As.com). Prefiere que se lo sirvan con la receta tradicional, sin aditivos. Desconfía de los excesos de peluquería, los tatuajes y los piercings: "Cuando yo empecé se prohibían. Ahora los llevan todos. Claro, que a ellos les parecerá que yo llevo ropa de hace mil años". No rinde culto al tiquitaca: "Parece que si das un pase lejano es un sacrilegio, pero el fútbol es todo: también defender, jugar en largo, hacer una entrada fuerte…". Fue el primero en advertir que su equipo no echaría el balón fuera ante la lesión de un adversario: "El 90% de las veces en que cae un futbolista es por una tontería". Y es el que antes y con más munición ha disparado al VAR: "Me parece un circo; hay que estar dos minutos esperando para saber si hay gol o no. Eso no es fútbol".

Hace quince años metía a sus futbolistas en un bidón de hielo durante siete minutos porque eso evitaba microrroturas. Entre los que probaron ese embotellamiento ártico estaban David Silva o Iraizoz. Y sobran imágenes suyas con gesto endemoniado durante un partido, lo que no le impide intimar luego con el vestuario. "Nos damos de leches y luego nos besamos", dijo cuando entrenaba al Valladolid, al que llevó a primera con récord de puntos. Pero tras el personaje hay un entrenador de gran prestigio que ha hecho del Eibar el más británico de cuantos equipos hay en la Liga: nadie lanza más córneres, nadie pierde más balones y nadie los recupera más fácilmente (nadie, tampoco, lo hace tan cerca de la puerta contraria), nadie ataca más, nadie centra más al área (sólo su lateral derecho, Rubén Peña, lleva 207, 37 más que el segundo, Jesús Navas)… A ese fútbol de vértigo, hiperactivo, de "presionar sin mirar atrás" (también es cuarto en posesión, tras Barça, Betis y Madrid), se enfrenta hoy Zidane. "Jugaremos con la línea defensiva adelantada, como siempre", advirtió Mendilibar para probar su valentía.

Mariano, fuera

El Eibar, con la plantilla más veterana de Primera (29 años), llega sin estrés. Anda más cerca de Europa que del descenso, un exitazo; acaba de renovar hasta 2020 a su pichichi, Charles, 35 años y 14 goles, y en Ipurua le dio un repaso histórico al Madrid (3-0), en el quinto partido de Solari, con un equipo que diferirá notablemente del que presentará hoy. Faltará Diop, sancionado, volverá Cucurella, tras cumplir castigo, y es duda Escalante.

Al Madrid, en cualquier caso, todos le parecen malos clientes ahora. Zidane combate contra la falta de motivación en un clima de prelimpieza de vestuario que va a estropear mucho el final de curso. Hoy no tendrá a Marcelo, al que le ha tratado con terapia de insistencia sin demasiado éxito. Jugará Reguilón, que ya con Solari había pasado por la izquierda al brasileño. El canterano fue titular en nueve de los diez últimos partidos de Liga con el argentino, pero anda inédito con el francés. Esta vez descansa Ramos, para que Nacho o Vallejo se dejen ver, y no está Mariano, uno de los que camina sobre ese alambre del que no quiere hablar Zidane, que volvió a sortear a la prensa con una ruleta dialéctica. Las notas, en junio, fue su evasivo mensaje.