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BARCELONA - ATLÉTICO

Griezmann vuelve al Camp Nou con su futuro todavía en el aire

Se enfrenta por primera vez al veredicto del Camp Nou después de decidir seguir en el Atleti. Y lo hace otra vez con su futuro apuntando al Barça.

Griezmann, en un entrenamiento reciente.
Chema Díaz / Diario AS

Un año, un mes y dos días después la historia es la misma. O al menos muy parecida. Y eso que entre medias estuvo La Decisión, el momento en que Griezmann se decantó. Rompía las promesas al Barça, se quedaba en el Atleti. Una paz que el pasado marzo saltaba por los aires. Fue caer el Atlético en Turín y desatarse los rumores. El futuro de Grizi otra vez en el aire. Y muchos dedos apuntando al mismo sitio: de nuevo el Barça.

El primero fue L'Equipe, el 16 de marzo, cuatro días después del Juventus-Atleti. Que el francés estaría dándole vueltas, que el Barça reactivaría el interés. Aunque firmara en su nuevo contrato hasta 2023, con sueldo de 23 millones y cláusula de 200. Y un añadido.

L’Equipe lo desvelaba en su información de marzo: el 1 de julio se rebajaría hasta los 120. Más gasolina a los rumores. Antes de que la pelota eche a rodar mañana, Griezmann ya será protagonista del partido. Por cómo le puede recibir la afición culé. Con indiferencia o con lluvia de pitos. La tercera opción, la de los aplausos, parece poco probable.

Porque en Barcelona dolió su traición, que en La Decisión no eligiera al Barça cuando en diciembre tan cerca estaba, apalabrado incluso, el dorsal con el número 7 reservado. El mantener en vilo a dos aficiones. Y hasta que Piqué fuera el productor del documental en el que le daba calabazas. Más que el por qué, dolió el cómo.

Este partido será la primera vez que vuelve. La primera vez que se enfrenta al veredicto de la que pudo ser su afición tras La Decisión. Nunca antes había sumado tan pocos goles en Liga (13) a estas alturas (cuando quedan ocho jornadas). Sus peores números resumidos en dos rachas: la del comienzo de temporada, llegó el último de vacaciones, por el Mundial, los propios partidos fueron su pretemporada, y la que terminó el martes, con un gol al Girona. Llevaba siete seco, al borde de igualar su peor racha rojiblanca.

La temporada pasada llevaba a estas alturas 17, como en la 2015-16. Sólo en la 2016-17 sus números eran similares a ahora: 14 goles. Pero Carrasco, sumaba 8. Y Gameiro, 10. Cubrían sus valles. Este año está Griezmann o Griezmann. Morata, que llegó en enero, es el segundo goleador del equipo (4), empatado con Saúl. Costa y Kalinic, 2. Con ese peso en las piernas. Y saltando a un campo con 99.354 asientos y cuentas pendientes con él.

El Barça permanece ajeno

La última declaración oficial del Barça sobre el futuro de Griezmann la pronunció Guillermo Amor, director de Relaciones Institucionales del club azulgrana, el pasado martes en el antepalco de La Cerámica a los micrófonos de Movistar Partidazo: "Llevamos dos años hablando de Griezmann. Era y es jugador del Atlético. Respetamos a los jugadores de otros equipos sin más y nosotros pensamos en clave Barça". En el club azulgrana se mantiene una prudente discreción sobre el asunto. Primero, porque Griezmann no estaba en la agenda del club para la próxima temporada. Segundo, porque da la sensación de que no se darán todas las condiciones para que vaya: que se deje querer públicamente, que se rebaje la ficha y que su fichaje vuelva a despertar pasión en la afición. Ese último factor desapareció después de La Decisión.