El penúltimo tren para la Champions en el Pizjuán
El Sevilla, sin Banega, está obligado a ganar ante un Alavés sin presión. Mudo Vázquez es imprescindible y la posibilidad del 4-2-3-1 está abierta.
"Alavés, Alavés y Alavés". Caparrós recurrió ayer a la vieja receta de sus días de gloria como entrenador del Sevilla (el próximo rival) para escapar de preguntas trascedentes como la de su continuidad. Caparrós sabe que no seguirá con casi toda probabilidad, pero hace bien en girar el foco a la final de esta tarde. Muy cerquita de Santa Justa, por el Sánchez Pizjuán, pasa el que si no es último tren para la Champions, se le parece mucho. Y si la cuarta plaza no es una obligación para el Sevilla (43 puntos), se parece mucho a eso. Para el Alavés, sin embargo, sólo puede considerarse una ilusión (sigue el partido en directo en As.com). Abelardo, cuyo nombre ronda por la capital hispalense para los dos archirrivales de la ciudad, ha conseguido que el gran público conozca a jugadores casi anónimos como Pacheco, Maripán (baja hoy), Laguardia o Vigaray; ha reflotado a otros como Jony o Wakaso; y ha sabido reforzarse con Inui cuando el Athletic hizo la OPA por Ibai. Por eso, como dijo ayer, "no habrá dramas ni euforias ganemos o perdamos".
El Sevilla no puede decir lo mismo. La necesidad le aprieta y Caparrós, que tocó una primera tecla en el RCDE Stadium con un 4-4-2 que borró las huellas de Machín, falló repitiendo el plan ante el Valencia. Hoy está por ver cómo se organiza. Mudo Vázquez se intuye imprescindible, más después de la baja de Banega por lesión. La posibilidad del 4-2-3-1 está abierta. Hay jugadores, además, que están al límite. Sarabia, Escudero y André Silva serán duda hasta última hora y en la portería Vaclík sigue de baja y jugará, en principio, Juan Soriano pese a que Javi Díaz cumplió de sobra en su debut contra el Valencia. No va a haber muchos más transportes por Nervión a esta hora que lleven a la Champions. Viajeros al tren…