Natxo medita recuperar el rombo para la visita al Oviedo
El técnico del Deportivo ensayó con el sistema que mejores resultados le ha dado tras varios meses optando por otros dibujos.
Natxo González lo ha probado todo para solucionar los problemas del Deportivo, hasta hace semanas principalmente centrados en los resultados, pero que poco a poco han terminado por afectar al juego. Con poco éxito a través de estos retoques, por lo visto en Abegondo el técnico medita volver a la casilla de salida, a lo que mejores resultados le ha dado: el rombo.
Los elegidos para la composición de ese centro del campo apenas variarían con respecto al choque ante el Almería. Didier Moreno, Vicente Gómez y Pedro Sánchez repetirían, sólo que en lugar de formando el doble pivote y la mediapunta en el 4-2-3-1, pasarían a ocupar los dos interiores y el vértice más adelantado. El dibujo de la medular lo completaría Álex Bergantiños, sin minutos el pasado viernes ni tampoco frente a Las Palmas.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Se anticipan más cambios en defensa, con Bóveda por David Simón, Caballo por Saúl y Somma por un Marí que apunta a ser baja por lesión. Aunque lo más sorprendente sería ver a Carlos Fernández ya de inicio. El sevillano, pendiente del alta, reaparecería directamente en el once para volver a formar esa pareja letal con Quique.
Es curioso que Natxo pueda recuperar el rombo a domicilio, ya que en los últimos tres partidos ha sumado dos victorias, las mismas que en toda la primera vuelta lejos de Riazor con esa esquema: ante Extremadura y Nàstic de Tarragona.
No lo utiliza desde enero, en la derrota contra el Mallorca
Hace ya dos meses y medio que Natxo cambió el dibujo. El técnico nunca dijo que se trataba de una modificación definitiva, pero desde que saliera con ese sistema en la visita al Mallorca (1-0), las variaciones han ido por otros caminos. Ante el Albacete utilizó por primera vez el 4-3-3 con extremos abiertos y la gran victoria ante un rival directo parecía abrir un abanico de posibilidades, pero el equipo no ha hecho más que involucionar. Ahora, con los niveles de confianza bajo mínimos, quizá sea el mejor momento para regresar a los principios básicos y que tanto técnico como jugadores recuperen la seguridad.