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ATHLETIC

El socio número uno del Athletic, un aficionado fiel desde 1939

Juan Antonio Virumbrales Rodríguez, de 92 años y con carnet desde 1939 es el socio número uno del Athletic. Añora el señorío de antes.

Virumbrales, socio número 1 del Athletic, exhibe su carnet con el número 1.663, que le correspondió al darse de alta en 1939.
Juan Flor / Diario As

Ser el socio número uno del segundo club más antiguo de la historia en España concede una notoriedad con la que muchos sueñan pero solo una persona ostenta: Juan Antonio Virumbrales Rodríguez, de 92 años y con carnet desde 1939. "No soy el socio de más edad, como bien sabes. ¿Qué tal con José Díez?", se interesa Juan Antonio antes de entrar en conversación, en alusión al hincha de 104 años que hace semanas expuso su historia en este mismo periódico. Hablamos de alguien que ascendió al primer puesto en la lista de socios el 2 de enero de 2018, cuando falleció Federico Urieta Medrano, que habitaba la cima hasta entonces. "Fede y yo éramos de la misma edad, nos hicimos socios el mismo día. No nos conocíamos, solo de vista. Hice la mili con su hermano", expone. Fede participó en la construcción del nuevo San Mamés: estuvo en la ceremonia de la primera piedra con una de las paletadas. En su época en Bilbao solo había dos colegios: Urieta iba al Santiago Apóstol y Virumbrales al otro, a Maristas. Años atrás, este solía pasar por la ferretería que fundó el padre de Fede, Matías, a asomarse y bromear: "¿Qué hace el socio número unooooo?". Recogía carcajadas. Ahora son las hijas de aquel las que si le ven por la calle a Juan Antonio le devuelven la chanza.

Se jubiló en 1990 y sus inquietudes no se acaban en el fútbol: aprendió nociones básicas de informática a los 85 años. La salud de momento le respeta. Virumbrales estaba predestinado a ser un hincha fiel del equipo rojiblanco desde que vino al mundo el 28 de julio de 1926. "Yo vi jugar antes de la guerra a Blasco, su imagen es imborrable con aquel jersey azul de cuello alto, e Iraragorri. Iba al fútbol ya en 1933, con siete añitos". Se refiere al primer portero del Athletic en conseguir un Trofeo Zamora, que posteriormente emigró a México y el River Plate argentino; y a ‘El Chato’ de Galdakao, que formó parte de la primera delantera histórica rojiblanca junto con Lafuente, Bata, Chirri II y Gorostiza, que también hizo carrera en Sudamérica. Posteriormente le han ido dejando huella Uribe "¡qué gran interior!", Uriarte, Rojo y, últimamente Guerrero.

Eran años en los que el personal se acomodaba en una tribuna de madera. En 1939 se hizo socio infantil. "Éramos cuatro y un tambor", rememora. Para el papeleo acudió a las oficinas, en la calle Ayala, en un lugar bautizado como 'el cuartito'. El secretario del club era Luis Casajuana y los resultados del equipo cuando jugaba fuera se exponían en unas placas en el exterior de las dependencias del club. Cecilio y Elorza eran por entonces los fotógrafos que inmortalizaban las gestas de los leones y en sus negocios vendían imágenes de los partidos, aunque el joven Juan Antonio no le dio por comprar ninguna porque no es nada fetichista.

La Guerra Civil puso un paréntesis en el fútbol español entre 1936 y 1939. Le pilló a Juan Antonio con 10 añitos. El 19 de junio de 1937 las tropas franquistas entraban en Bilbao. "Ya habían tomado Gipuzkoa y siguieron hacia Cantabria y Asturias. Nos tuvimos que conformar con ver partidos de la selección vizcaína contra la alavesa, guipuzcoana y cántabra. No fallaba a ninguno", expone el socio rojiblanco número 1. Tampoco se olvida de las visitas de equipos sudamericanos en las vacaciones navideñas. Tiene fresco cuando en 1947 visitó Bilbao San Lorenzo de Almagro, para medirse al Atlético de Bilbao (por entonces se castellanizaban los extranjerismos) "y empatamos gracias a José Luis Bilbao, Bala 'Negra', eterno suplente de Gainza e Iriondo".

El padre de Juan Antonio se dio de baja a los 86 años "porque no veía bien las dos porterías y no tenía a quién dejar el carnet". Él mismo tomó nota y se pasó en el campo nuevo de la Tribuna Norte Alta a la Baja, "siendo el número uno me dejaron elegir perfectamente". Está ubicado en el punto de penalti. "A veces me cuesta distinguir los del fondo si lo veo mal me voy a la cafetería a ver la segunda parte", se ríe.

El expresidente García Macua, puso en marcha la entrega de un obsequio que reproduce la solicitud de ingreso y su ficha a todos aquellos socios que llevaban más de cincuenta años en la institución y Virumbrales lo exhibe con orgullo. Este también acumula anécdotas: “Hace unos días en un bar de Castro Urdiales me vinieron a dar la mano unos cuantos jubilados y en un viaje a Murcia, andaba buscando un sitio para ver el partido del Athletic y la peña de Cieza me invitó a verlo, también a comer… y a la salida me pusieron un autobús de vuelta al hotel".

La época de Eguidazu como presidente le provoca admiración. También le gustaban Guzmán y Eguskiza. "Aquellos sí que eran señores y no alguno reciente. Nos dieron tardes de gloria", protesta. El 16 de febrero de 2018 el Athletic le comunicó que era el socio número uno y que sería un honor recibirle en el palco. A los 25 años se entrega un diploma y a los 50, una insignia de oro. Pidió detalles sobre qué se hacía con los que llegaban a las Bodas Platino y un empleado de la entidad le consignó que los estatutos no recogían nada, que se premiaba la fidelidad en dos etapas anteriores. "¿Así es como el trata el club la fidelidad de un socio?", le cuestionó entonces, a lo que le respondieron que si no estaba conforme, dirigiera un escrito al club. Percibió cierto tono desconsiderado.

Al fallecimiento de Fede le invitaron al palco de honor. Ni corto ni perezoso, Virumbrales se informó qué pasaba con este tipo de socios en el Madrid, Recreativo y Barcelona. Personado en la propia sede del club merengue, le informaron amablemente que a partir de los 60 años se entregaba una insignia de oro y brillantes y las cuotas de socio pasaban a ser gratuitas de por vida. Y los cien primeros socios forman un club con servicio exclusivo de trato preferente por parte de los departamentos de socio y protocolo del club, más un almuerzo anual con el presidente de la entidad y asistencia de ocho o diez de ellos al palco de honor. "El Madrid es un club que mima a sus socios, de aquí cierta añoranza que tengo”, se revuelve. "Me gustaría chocar la mano con el actual presidente, dicen que está en buen camino y que sintoniza con la afición", anhela. Historia viva del Athletic, de un viudo que lo tiene claro: "Si me tienen que llevar a una residencia que sea a la Misericordia, para ir aunque sea a rastras al campo". Y concluye con voz firme: "Y siempre ¡aúpa Athletic!".

Iriondo, vecino admirado

Rafa Iriondo fue un superviviente del bombardeo de Gernika. “En 1937 vino a vivir a Uribarri. Yo tenía 17 años y me cruzaba con él. ¡Era Dios! Iba a trabajar a una oficina”. Se le ilumina el rostro a Juan Antonio. Su hermano era delantero centro del Moraza, en el barrio le llamaban Gerni, por su procedencia (Gernika). Elices, Raimundo Pérez Lezama, al que el difunto Múgica, periodista de referencia, rebautizó como ‘El Señor de las Altas Torres”, Oceja... son nombres que tiene grabados en la memoria. Del fútbol de ahora, le parece “una mariconada” salir con el balón controlado “porque no hay la calidad que tienen en Sudamérica o los que les copian como el Barcelona; “lo que hay que hacer es pasar a 70 metros y que se peleen los delanteros y medios, y como se suele decir, el que más pueda, capador”. Le chifla “cómo la toca Ibai”, “la forma de revolver la salsa el ‘sagutxu’ Muniain hasta que le hacen penalti” y “la forma de batallar de Raúl”. LOS DIEZ PRIMEROS SOCIOS DEL ATHLETIC 1.  Juan Antonio Virumbrales Rodríguez 2.  José María Abaitua Bilbao 3.  Justo Izaguirre Asategui 4.  José Luis Robles Santos 5.  Fernando de la Rica Vega 6.  Agustín López de Munain Vildosola 7.  Mario de Alayo Hervias 8.  Felipe Gómez Escudero 9.  Vicente Gómez Escudero 10. Evaristo Oyarzabal Castañares