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RAYO MAJADAHONDA

Manu del Moral: "Quiero seguir jugando los años que pueda"

"Quien dice que el Majadahonda no pueda llegar en unos años a Primera", destaca el delantero jienense, que analiza su trayectoria en una entrevista con As.

Actualizado a

 ENTREVISTA MANU DEL MORAL JUGADOR RAYO MAJADAHONDA
EDUARDO CANDELDIARIO AS

Manu del Moral (35 años) llegó al Rayo Majadahonda el pasado mercado invernal como remedio a la falta de goles del equipo. Nada más pisar el campo con la elástica majariega, el de Jaén anotó su primer gol con los madrileños. Era la tercera diana de un curso irregular que empezó en el Nàstic y que, tras una lesión que le dejó apartado un mes en sus inicios como rayista, quiere sentenciar demostrando "todo lo que lleva dentro".

Aún le queda gasolina al andaluz para unas cuantas temporadas y, así lo confirmó en una entrevista a As, en la que destacó no poner fecha a su retirada. Canterano del Atlético de Madrid, cuenta con una gran trayectoria en el fútbol español pasando por clubes como el Recreativo de Huelva, Elche, Getafe, Sevilla, Eibar o Numancia, además de haber sido internacional con la Selección absoluta.

Manu del Moral: "Quiero seguir jugando los años que pueda"
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Manu
  • delantero
  • España

¿Cómo fueron sus inicios como futbolista?

Yo empecé a interesarme en el fútbol por la afición de mi padre, que me la inculcó. Empecé jugando en las categorías inferiores del Real Jaén y allí llegué hasta infantiles, que fue cuando me llamaron del Atlético de Madrid para entrar en la cantera rojiblanca. Todo vino porque me vieron ojeadores jugando con la Selección de Jaén y de Andalucía. Antes del Atlético, con doce años, me llamaron el Real Madrid y el Barcelona, pero mis padres no me dejaron irme entonces porque era muy pequeño. Tuvieron que pasar un par de años más para que mis padres se decieran, cuando recibí la llamada del Atleti.

¿Cómo se produce esa llamada?

Vine al Atlético por el director entonces de la Escuela del Real Jaén Higinio Vilches, que fue también jugador del Atlético de Madrid. Él tenía aquí un contacto que se llamaba Antonio Seseña, que era el director del fútbol base del Atlético. Y, a través de él, se llevó a cabo todo.

¿Tenía entonces algún referente?

Yo del pequeño era muy del Barcelona y mis ídolos eran Stoichkov y Laudrup.

¿Ha intentado alguna vez hacer el pase a lo Laudrup?

Lo he intentado muchas veces, pero me ha dado de vez en cuando tortícolis (risas).

Imagino que al llegar al Atlético también se haría un poco colchonero, ¿no?

El Atleti engancha y cuando te tiras desde los 14 hasta los 21 mamando el Atlético, desde ser recogepelotas a llegar al primer equipo, al final te terminar identificando con el club.

¿Fue muy duro separarse de su familia tan joven?

Fue muy duro. Eran otros tiempos. Los clubes de ahora están muy preparados y se lleva de manera diferente. Mi primer año aquí fue muy duro porque se echa de menos a la familia, amigos, la tierra. Además, hacías cosas que no eran de niños. Era todos los días salir del colegio, comer, coger un autobús a Alcorcón, que era donde teníamos la residencia, para luego coger un tren cercanías, irnos a entrenar y llegar a las 21:00 a la residencia para ponerte a estudiar. Imagínate las ganas que teníamos luego para estudiar... Era muy duro. Pero, me sirvió para madurar.

¿Dejaría a su hijo marcharse a la cantera de un equipo como lo hizo usted?

Es algo que ya he hablado mucho con mi mujer. Si surgiera la posibilidad porque le gustara el fútbol, lo haría, pero me iría con él (risas). Le tengo que agradecer mucho el esfuerzo que hicieron mis padres porque si no fuera por ellos, yo no habría llegado a jugar como profesional y hacerlo en Primera División. Pero, conociendo este mundo desde dentro, me iría con el claramente.

¿Qué fue lo que más le impacto cuando llegó a Madrid?

Me llamó mucha la atención ser recogepelotas en el Calderón. Fue impresionante.

ENTREVISTA MANU DEL MORAL JUGADOR RAYO MAJADAHONDA
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ENTREVISTA MANU DEL MORAL JUGADOR RAYO MAJADAHONDAEDUARDO CANDELDIARIO AS

¿Cómo fue su debut con el Atlético en Primera?

Fue un 22 de diciembre en Pamplona y me tocó el gordo. Estaba Carlos Bianchi como entrenador y el partido estuvo apunto de suspenderse porque estaba congelado el césped. Pero al final se terminó jugando y debuté.

¿Cuál prefiere: Wanda o Calderón?

Difícil elección. No me puedo quedar con uno en concreto pero sí que es verdad que el ambiente en el Calderón es impresionante.

Y, ¿cuál ha sido el estadio que más le ha marcado en su carrera?

Marcar me han marcado muchos, pero guardo un momento muy bonito de un partido que jugué con el Getafe en el Camp Nou. Era el estadio con el que había ido alguna vez con mi padre de pequeño, que nos pegábamos palizas en autobús con la peña para subir a Barcelona. Yo tenía la ilusión de que mi padre me viera jugar en el campo que me llevaba como aficionado de niño y él fue con mi madre allí a verme. Fue el año del triplete de Guardiola y nosotros conseguimos allí empatar a uno y yo marqué el gol y fue uno que no se me olvida porque mis padres disfrutaron mucho. Eso no se me olvida.

Pasó por un histórico como el Recreativo de Huelva, ¿cómo recuerda aquello?

Fue muy bueno porque para mí fue un paso importante. Estaba en Segunda B con el filial del Atlético y era dar el salto a un equipo más profesional. Tengo recuerdos allí buenísimos y no he dejado de ir ningún año a Huelva porque tengo muy buenos amigos allí.

¿Qué tal se está viviendo allí la situación del club, que ha estado a punto de desaparecer?

Me da mucha pena porque es un club histórico que me ha dado mucho como profesional porque me hizo madurar. Ahora parece que se está recuperando y seguro que pronto vuelve a donde se merece.

Otro equipo en UVI es el Real Jaén, esta temporada en Tercera...

El Real Jaén lo llevo en el corazón porque mis primeros pasos como futbolista fueron allí. Verlo donde está da mucha pena. Hay que luchar por devolver a la entidad a lo más alto y cada fin de semana miro a ver que tal va y esta temporada las cosas están mejor y ojalá podamos celebrar este año un ascenso.

Son pocos jugadores de Jaén, ¿por qué?

No sabría decirte. Cada vez vamos siendo más. Yo creo que vamos a ir levantando la cabeza. Jaén está limitado en que no tiene un equipo en la élite y los chavales tienen que salir fuera y esos pasos son difíciles de dar.

En el Atlético compartió vestuario con jugadores como Gabi, Torres... ¿Con quién tuvo más afinidad?

Aparte de coincidir en la cantera, con Fernando y Gabi íbamos juntos a clase y teníamos más relación. Fernando tiró más rápido para arriba en el fútbol porque la verdad es que se le veía de pequeño que iba a ser un crack. Pero, me quedo con ellos, con la gente de la cantera, porque fue con los que más coincidí.

¿Le hubiese gustado estar a las órdenes de Simeone en el Atlético?

Sí. Coincidí con él como jugador en una pretemporada con el Atlético. Y me hubiese encantado estar a sus órdenes. Al final, siempre te gusta entrenar con los mejores.

¿Qué recuerdos guarda de su paso por el Getafe?

Si soy y he hecho algo en el fútbol es gracias a la oportunidad que me dio el Getafe en su día, con Schuster a la cabeza entonces. Lo guardo con mucho cariño porque llegué a un club humilde que tenía poco recorrido en la élite y viví cosas que nadie podía imaginar que podía pasar: finales de Copa, clasificación para jugar la UEFA, partidazos europeos como el del Bayern... Vivimos cosas increíbles, que me sirvieron de trampolín para fichar por el Sevilla y para dar el salto a la Selección.

El Majadahonda es otro humilde, ¿hay muchas semejanzas?

Tienen muchas semejanzas porque son clubes que por hacer bien las cosas van escalando. Hoy el Majadahonda es un recién ascendido pero, quien dice que no podamos llegar en unos años a Primera. Pero, poco a poco. Vamos a empezar por salvar al equipo y ya luego veremos.

En el Sevilla dejó de tener peso tras la llegada de Emery...

No tengo ningún reproche para Emery. Ha sido de los mejores entrenadores que he tenido por como trabaja día a día. Es un fenómeno. Yo tengo que reconocer que entonces no estaba bien físicamente y no daba todo lo que llevaba dentro y al final él tiene que elegir y quedarse con el mejor. Al contrario, le guardo mucho cariño porque me hizo aprender y seguir mejorando. He tenido la suerte de que en todos los equipos en los que he estado guardo mucha afinidad.

Tras salir, pasas por varios equipos. ¿Teme por su carrera?

Yo muchas veces he pensado que he tenido muy mala suerte. Desde el segundo año en Sevilla tuve muchas lesiones: me fracturé el pie en Elche, me tuvieron que operar la espalda, en Eibar me tuve que operar de la cara... Esto entra dentro de la profesión. He tenido mala suerte, aunque tienes que quedarte con lo positivo y con que hay futbolistas que han tenido más mala suerte que yo. Tengo 35 años y llevo desde los 18 como profesional y tengo que sentirme muy orgulloso de lo que he conseguido. Ahora, sigo jugando como profesional después de haber vivido un gran año en Soria la temporada pasada, que estuvimos a punto de ascender. Me siento un afortunado.

En una entrevista dijo salir del Numancia por motivos personales, ¿qué pasó?

Fue la situación personal la que me hizo salir del Numancia. A veces tienes que elegir si darle valor a lo personal o a lo profesional. Con catorce años, decidí darle prioridad a esto último y dejar a mi familia y, en estos momentos, le doy más prioridad a mi familia. En Soria estábamos bien, pero profesionalmente mi mujer tendría más oportunidades en otros sitios y poder trabajar. Ella ha hecho que me decida a cambiar de aires, a pesar de que estaba en un club en el que estaba muy a gusto profesionalmente y muy querido por la afición.

Del Numancia al Nàstic y, en pocos meses, rescinde su contrato con el club tarraconense. ¿Por qué decide venir al Majadahonda?

Surgió la posibilidad de venir en invierno y no me lo pensé. En Madrid llevo la mitad de mi vida y las cosas no estaban saliendo como uno quiere en Tarragona. Allí, hablé con el club y se portó muy bien conmigo. Las cosas no iban muy bien en lo colectivo y, cuando pasa esto, es difícil que se consigan buenos resultados de manera individual.

En el Nàstic jugaba más en banda y, ahora, Iriondo le pone más como punta, ¿en qué posición se encuentra más cómodo?

En punta es donde me siento más cómodo porque llega un momento que, con 35 años, no me siento bien en banda por mi físico. Lo que te da la edad es que pierdes físico, aunque yo me encuentro bien y rápido, pero no tengo la velocidad que tenía con 25 o 26 años.

La lesión se le ha vuelto a cruzar en el Majadahonda cuando estaba empezando a ser titular indiscutible. Es muy duro, ¿no?

Esta lesión es de una patada que me dieron, de un golpe, que fue una rotura. Son gajes del oficio. Ya estoy fenomenal.

En una entrevista con Ruibal me contaba que era con el que mejor se entendía en la delantera y os habéis cruzado en la enfermería.

Ahora en la enfermería también no hemos llevado bien (risas), pero por suerte tenemos compañeros que si no está uno sale otro y lo hacemos bien. Y eso al final en un equipo es importantísimo. Empieza el año en julio, termina en junio, Son 11 meses y aquí todo el mundo tiene que estar preparado para que cuando llegue su momento aportar. Todos somos importantes,

¿Cómo le han acogido en el vestuario?

Muy bien. Son un grupo humano espectacular. Parece que llevo tres meses aquí. También tengo la suerte de conocer de antes a gente del cuerpo técnico, como Luis García, que fuimos compañeros en Getafe, Iriondo, que fue tutor mío en la cantera del Atlético de Madrid. Todo ayuda. El entorno también ayuda.

¿Habló con Iriondo antes de venir?

Hablé de lo que él buscaba en mí y de como jugaba el equipo.

¿Se había fijado antes en su estilo de juego?

Cuando jugué contra el Rayo Majadahonda con el Nàstic me encantó su juego. A raíz de ahí empecé a seguirlo y es un equipo que juega muy bien al fútbol y que no tiene complejo ninguno. Esto último es muy importante.

¿Se le ha quedado alguna espinita como jugador?

No se me ha quedado ninguna espinilla. Se me queda la espina de no haber ganado ninguna de las dos finales de Copa que jugué con el Getafe porque hubiese sido bonito ganar un título con un equipo humilde como el Getafe, pero luego haciendo análisis de mi trayectoria estoy muy contento. Espinas ninguna, la única es la de la Copa o la de cuartos de la UEFA ante el Bayern.

¿Cómo afronta su retirada y su vida después?

De momento no me la planteo. Quiero seguir jugando todos los años que pueda y ojalá pueda seguir ligado al fútbol tras colgar las botas. Me estoy preparando para ello. Me he sacado el título de director deportivo y el de entrenador. Y luego ya veremos. Ahora, por el momento estoy centrado en estirar y disfrutar mi carrera y soy consciente de que cada vez queda menos.