Maquillaje para un RCDE Stadium con más público
El promedio sube 1.500 personas debido a los descuentos, aunque aún está por ver si los socios aumentarán el próximo curso o si aumentó el taquillaje.
La temporada pasada, la grada de Cornellà-El Prat tocó fondo. En los 19 partidos de Liga se promediaron 17.847 espectadores, una cifra que transportaba al club a los años de Montjuïc, aquellas temporadas en las que salvarse era un milagro, con entrenadores que iban y venían como Juande Ramos, Ramon Moya, Javier Clemente o Luis Fernández (2002-04). Esta campaña, con la subida de precios y las políticas de entradas que decidió implantar el director general corporativo, Roger Guasch, hay matices en esta tendencia, que se ha corregido y ha maquillado los números.
Nunca antes el Espanyol había tenido tan poca masa social en los diez cursos de vida de Cornellà-El Prat (23.612). La subida de abonos hizo mella a principio de temporada, pero para compensar esa huida, el club tomó la decisión de volver a la época de los descuentos (habitualmente hasta un 50%) y de las entradas gratuitas (menores de 15 años). Esas campañas, unidas a una promoción más amplia y a unos horarios de partido más familiares, han provocado que mejore la media de aficionados en Cornellà-El Prat, que ahora se sitúan a falta de seis partidos para acabar LaLiga en 19.325, según datos de Transfermarkt.
Aunque el equipo y el técnico siempre han destacado la química con los aficionados en el RCDE Stadium, donde llevan el mejor promedio de puntos de siempre, habrá que esperar a la próxima temporada para ver los resultados de las políticas de Guasch. Por un lado, comprobar si el número de socios vuelve a aumentar después de la subida de precios y de una temporada más (salvo explosión del equipo en estos últimos 11 encuentros) sin ir a Europa; y, por otro, saber si la facturación de venta de entradas ha aumentado teniendo en cuenta que la presencia de no socios lo ha hecho.
El club, como ha ido anunciado las últimas semanas, ha crecido en masa virtual desde la llegada de Wu Lei, por el acuciante interés que despierta el jugador en China. Pero está por ver si este efecto se traduce en una ampliación de la masa social o en un incremento de seguidores del país asiático dispuestos a viajar a Barcelona para ver a su ídolo: cada semana, en la Ciudad Deportiva, diferentes aficionados (no más de una decena) chinos esperan la salida de Wu Lei. Un interés a miles de kilómetros del aún semidesértico RCDE Stadium.