El viento y la velocidad cadista se impusieron al Tenerife
Segunda victoria consecutiva que consiguió el Cádiz ante un Tenerife que no terminó de encontrarse sobre el campo. Edu Ramos y Jairo hicieron los dos goles del partido.
Aunque con ayuda del viento para abrir la lata, el Cádiz fue el equipo que más cómodo se llegó a encontrar sobre el terreno de juego. Una vez que Edu Ramos mandó el gol a la escuadra, el Tenerife perdió los estribos y dejó hueco que los hombres más rápidos de Cervera aprovecharon para hacer mucho peligro y daño. Jairo anotó con suspense el 2-0, y pudieron ser algunos más en los minutos finales.
Pronto se produciría la primera ocasión de gol, con color azul y blanco. Suso Santana lograba llevarse un balón en la frontal, adentrarse en el área y encarar a Cifuentes, disparando a portería y sacando el meta los puños. Era el primer aviso del portería, aunque no daba pie a un dominio excesivo del Tenerife. En el duelo de filosofías, ambos equipos fueron encontrando su sitio en el campo y los amarillos también merodearon el área de Dani Hernández.
Los dos equipos, según pasaba el minuto, buscaban llevar a cabo su estilo de juego. Los de Oltra, buscando constantemente la espalda a Correa y Matos con buenos envíos de Luis Milla, generaban acercamiento pero no peligro, mientras que Machís provocaba amarillas con su velocidad en el costado izquierdo. Un ‘correcalles’ cada vez que los gaditanos robaban el esférico y que hacía sacar las virtudes de los defensores canarios.
En cuanto a ocasiones claras de gol, ambos equipos también se fueron empatados al descanso. La mejor opción de anotar la tuvo Lekic, que cabeceó demasiado cruzado un centro desde la derecha de Querol. En la segunda parte, el Cádiz saldría mucho más incisivo y, ayudado por el viento de levante, Edu Ramos colaba el balón en la escuadra al centrar desde la banda derecha. Un golazo que, sin querer, ponía al equipo de Cervera por delante en el marcador.
Como era lógico, tras el gol, el equipo canario daba un pasito adelante buscando la igualada, lo que aprovechó el entrenador cadista para dar entrada a Salvi y Jairo, dos balas que intentarían hacer daño en los huecos que sí o sí iban a aparecer. Así fue. En el 71, un contragolpe amarillo era finalizado por Jairo, tras doble remate, para poner tierra de por medio. La velocidad ponía a Oltra contra las cuerdas.
Si se ponían las cosas complicadas para el Tenerife, en el 81 José Naranjo, que no llevaba ni 20 minutos sobre el césped, veía la segunda amarilla, dejando a sus compañeros con uno menos. El Tenerife fue desapareciendo del campo según se asomaba el final, viéndose a un Cádiz más ambicioso que buscaba el tercero. Ocasiones hubo, pero el resultado no se movió y los tres puntos se quedaron en la ‘Tacita de Plata’.