Crónica Racing’r Z – Cinco Días (3-4). Playoff Gold - Liga As

No desmereció lo que anunciaba el partido y fue de una igualdad máxima los 50 minutos. Tan solo un par de detalles hicieron que la balanza se inclinase de un lado sin llegar a los penaltis, pero no faltó mucho para que se llegara al momento de las penas máximas.

El choque empezó de manera muy dinámica y con el Cinco Días encimando la portería del Racing’r Z, tanto que en apenas dos minutos ya se habían puesto 2-0 en el marcador. Entre Danussi y Diego pusieron un pequeño colchón de inicio, como si se tratase de una ventaja con la que contasen desde los primeros compases de la contienda.

El Cinco Días tomó un impulso importante y se colocó rápidamente con la moral por las nubes. Parecían ir hacia arriba, hacia el cielo, y el Racing’r Z no se encontraba con fuerzas para responder, pero perdonaron en los momentos de mayor desconcierto rival y lo pagaron caro.

El Racing’r Z tardó en asimilar todo lo sucedido, pero tras encajar el golpe se puso a jugar con su agilidad habitual. No contaban con Morgan, el capitán de ese barco pirata que ha asaltado tantos otros, pero Melus se puso a organizar desde la defensa y generar ocasiones para los suyos.

Con la base mejor asentada, los locales iniciaron un estilo de fútbol vistoso que se fue comiendo el terreno del Cinco Días. Poco a poco se iban acercando a la portería de Fede hasta que, Carlos, terminó por encontrarla. Se acercaban las posturas y la segunda parte sería la encargada de decidir.

El juego había sido muy táctico y físico desde el principio, pero en los siguientes 25 minutos aperecieron más espacios conforme el cansancio entraba en los cuerpos de los jugadores. Pablo Morales, con verticalidad y mucha picardía, consiguió en apenas dos minutos dar la vuelta a la tortilla. La remontada se había producido, pero el Cinco Días iba a tener una última bala y la aprovecharía.

Diego llegó para poner el empate, y con todo en tablas, la tensión cortaba el ambiente de una mañana de domingo. El balón, caprichoso, rozaba los palos pero no terminaba de entrar en ninguna portería hasta que, cuando los penaltis acechaban y esperaban el silbato final, Danussi armó una contra y terminó por rematarla con un testarazo que desató la locura entre los suyos y les regaló el pase a la siguiente ronda.