Morata: de firmar con el Adarve a cerrar su círculo en el Atlético
El delantero estuvo fichado por el equipo que actualmente milita en Segunda División B cuando salió del cadete del Atlético, pero finalmente se decantó por el Getafe.
Los que le vieron en la cantera del Atlético dicen que Morata cierra el círculo con su fichaje por el equipo rojiblanco. La historia de un delantero inquieto que nunca aceptó ser suplente. Desde la sombra de Borja Bastón, la titularidad indiscutible de Benzema y las preferencias de Sarri.
Morata sufrió el banquillo ya en sus inicios, por la figura del delantero más prometedor de aquella cantera atlética: Borja Bastón. Hijo de Miguel Bastón, preparador de porteros del Atleti en esa época, y goleador indiscutible de un equipo que arrasaba en su categoría, con Koke en el centro del campo y Morata sin minutos. Así, el nuevo fichaje de Simeone vivió muy joven su primera decepción con el fútbol.
A sus 15 primaveras, tras terminar la temporada de Cadete de primer año, Morata sentía que debía jugar, y siempre confió en sus posibilidades. José María Amorrortu, director de cantera del Atlético de Madrid en aquel tiempo, sustituido ahora en la dirección deportiva del Athletic por Rafa Alkorta, le ofreció continuar su formación en el Cadete A. Y Álvaro le dijo que no; no aceptaría ser suplente, bajo la sombra de Borja Bastón. El único jugador de la cantera que dijo "no" a seguir en el Atleti. De esta manera, el Unión Adarve se cruzaría en su camino, con una anécdota curiosa.
Morata buscaba un equipo en el que ser titular y el modesto club del Barrio del Pilar era una buena opción para nuestro protagonista. Seguiría compitiendo en la máxima categoría y además con dos alicientes: iría con Valencia, un buen amigo del Cadete colchonero, al que no le ofrecieron continuar, y jugaría muy cerca de su barrio (Mirasierra). Según cuenta a As el entrenador de aquel Cadete A del Adarve, Valencia, su padre y Alfonso, el padre de Morata, acudieron a firmar a las oficinas de los rojinegros. Con la ausencia de Álvaro, que estaba de vacaciones.
Sin embargo, Morata nunca llegó a jugar en el Adarve. Al volver de su verano tuvo la oportunidad de fichar por el Getafe y prefirió unirse al cuadro azulón. El extécnico del Adarve siempre recuerda al padre de Morata disculpándose durante esa temporada del desenlace de ese verano, tras tenerlo hecho con los del Barrio del Pilar y finalmente acabar en Getafe.
El delantero madrileño brilló en el Getafe y el Madrid le incorporó la temporada siguiente a su Juvenil C. Desde ahí, Morata ascendió a la élite. Por orgullo, cabezonería o valentía, siempre creyó en sus cualidades, y nunca aceptará ser suplente. No esperó a su maduración en el Bernabéu y se marchó a jugar a la Juventus, no quiso complementar a Benzema en su regreso y se ha negado al segundo plano que le guardó Sarri. Morata viene al Atleti para consolidarse definitivamente en la titularidad, aunque tenga que superar la sombra de Costa. Justo en el equipo que se la empezó a negar. El fichaje más ilustre de este invierno llega para cerrar su círculo.
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