COPA | VALENCIA 3-GETAFE 1 (3-2)
Épico Rodrigo: triplete y semis
El delantero del Valencia gritó a la épica y ella le escuchó. El Getafe, con 1-0 en la ida, se adelantó en Mestalla, tuvo el 2-2 con diez y desfalleció en el descuento.
El fútbol es un ser que va a la suya. El Getafe se veía a los 36 segundos de partido en la semifinal y sin embargo en ella se metió el Valencia cuando el reloj iba ya por el minuto 93. Parecía que Jorge Molina iba a ser el héroe de la gesta azulona y acabó siendo Rodrigo Moreno el protagonista del milagro blanquinegro. Los tres goles del hispano-brasileño sirvieron para que el Valencia lograra la remontada y para que Mestalla viviera una de esas noches que ninguno de los presentes en la grada llegará a olvidar por más que pasen otros cien años.
Fueron tristes los preámbulos, con Bordalás y Marcelino jugando a los reproches, y fueron lamentables los incidentes acontecidos al final, en los que jugadores de uno y otro equipo se enzarzaron en peleas por diferentes rincones del césped. Pero entre medias se vivió un espectáculo futbolístico de altura, de los que dan brío a una competición como la Copa. De tensión, emoción y pundonor. Bendita locura para unos, triste adiós para otros.
El desorden se impuso al orden. Ese fue el mal del Getafe, cuyo sistema rocoso se resquebrajó por el empuje de Mestalla, un estadio que llamó a la épica de principio a fin. Ni tan siquiera el madrugador gol de Jorge Molina, que pilló en un renuncio a Jaume Domenech, mermó el espíritu de la grada. Tampoco el del Valencia. Menos aún el de Rodrigo Moreno, autor de los tres goles.
El Getafe tuvo controlada la eliminatoria durante 181 minutos de la misma. Ni el empate de Rodrigo ni la expulsión de Djené restó personalidad al equipo de Bordalás. Pero todo cambió cuando el árbitro informó que añadía 7 minutos. El Valencia los sintió como una vida extra y el Getafe como piedras en sus piernas. Y entonces llegaron poco más de 150 segundos que no olvidará Marcelino. En ellos Rodrigo hizo el segundo; Hugo Duro, con la espalda, evitó que Molina sentenciara, y en el contragolpe tras dicho rechace, el éxtasis blanquinegro, el desquicio azulón. Gol de Rodrigo. El Valencia, a semifinales. Por segunda vez en la era Marcelino.
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