Quién lo iba a decir hace sólo un rato. Primera y asimétrica jornada de la segunda vuelta y Villarreal y Athletic están ante una final por la salvación con un panorama totalmente diferente al que proyectaron en verano. El Submarino de Calleja, con los dos delanteros a la carrera, está olvidado. Luis García quiere pausa y, por eso, recupera a Trigueros tras un plan quincenal personalizado. Del Athletic del toque con Berizzo tampoco queda ya ni rastro. Garitano repetirá la pócima del orden, el pragmatismo y la electricidad de Williams para conectar de nuevo las ilusiones de un equipo que, con el nuevo técnico, tiene unos números brillantes sólo por debajo de Barça y Atlético.
Iborra y Cazorla también aparecerán en escena tras el chasco copero. Pero la gran novedad podría ser Ekambi. No por su titularidad, sino por la suplencia de Chukwueze. El nigeriano se ha visto de golpe como locomotora y pide a gritos repostar. Curiosamente, él fue el verdugo de Garitano la temporada pasada cuando tomó San Mamés en un 1-3 en la fase de ascenso de los filiales a Segunda. No estará de inicio, pero no se librará de él. El plan es que sea revulsivo.
El referente. El Athletic, que ya sufrió un 0-3 en septiembre, dará continuidad al bloque que superó al Sevilla con un golazo de Iñaki Nazario o de Ronaldo Williams, como prefieran. El delantero marcó en la 2017-18 en Vila-real (1-3) y será el clavo ardiendo. Con permiso de Ibai. El extremo amenaza a De Marcos. Porque es un fichaje estrella, debido a que está de dulce y, además, con la justificación de que es todo un talismán: el Villarreal es uno de los equipos a los que más veces ha ganado en Primera (4) y al que más goles hizo en su carrera (3).
