ATHLETIC

Gaizka Garitano obra el milagro y logra sacar al Athletic del pozo

El equipo sería tercero desde que llegó, tras Barcelona y Atleti. con Garitano prevalece el juego directo, el orden y la solidez defensiva.

Garitano abraza a Muniain hace unas semanas.
Juan Flor / Diario As
Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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La etapa de Berizzo en Bilbao acabó el 3 de diciembre sin pena ni gloria, con un 3-0 ante el Levante. Urrutia, ya fuera de la presidencia e integrante de la gestora en pleno proceso preelectoral, tomó la amarga decisión de destituirle y recurrió al plan B. Así como fichó a Ziganda para que estuviera en el filial por si salía algo mal con Bielsa y Valverde, hizo lo propio con Gaizka Garitano por si algo se torcía con el propio Cuco o el Toto. Al final promocionó al deriotarra porque la nave se hundía.

A tenor de los resultados, la decisión ha sido acertada, porque Garitano marcha invicto en cinco partidos, con tres victorias (una de ellas, el 0-4 en Copa ante el Huesca) y dos empates. Lleva ocho puntos en cuatro encuentros ligueros, mientras que Berizzo necesitó 14 jornadas para hacer 11. Desde su llegada, el Athletic sería tercero, tras Barcelona (pleno de victorias) y Atlético (tres triunfos y un empate). Desde el 14 de abril de 2018 no ganaba fuera y lo logró en Vigo el lunes. A los leones les perjudica la acumulación de igualadas, ya que solo han perdido 5 compromisos, los mismos que el Alavés (en Champions) y uno menos que el Real Madrid.

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Gaizka ha recibido el mismo encargo que su padre Ángel Garitano, en el famoso bienio negro hace una década, cuando ejerció de ayudante de Mané. Ha obrado el milagro aunque aún su experiencia en Primera es leve (una campaña en el Eibar tras el ascenso y 27 partidos en el Depor), pero conoce bien Lezama, tras criarse aquí y volver hace dos años para dirigir al filial.

Lo primero que hizo es simplificar el juego. Abolió el 4-3-3 de su antecesor y protegió más al equipo con un 4-4-2, tratando de abrir el campo con Córdoba y Williams. La premisa de partida es el orden, que pasen pocas cosas en área propia, y se ha ganado en solidez defensiva. Fomenta el juego directo y el Athletic ya no va tan a lo loco a la presión, tiene momentos de recogerse y esperar. Con dos grandes rematadores como Raúl García y Aduriz, se buscan los centros al área desde las bandas y con los centrocampistas.

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