El Almería por fin tiene un estilo reconocible
Tras varias temporadas erráticas Fran Fernández ha vestido al cuadro almeriense a su gusto: presión alta, rápidas transiciones y mejora del ataque posicional.
"Uno de nuestros objetivos es hacer que la gente venga al Estadio y disfrute", decía Fran Fernández en el mediodía de ayer en la sala de conferencias del Estadio de los Juegos del Mediterráneo, aunque el mensaje ya lo ha repetido varias veces durante la presente temporada. Para que el seguidor disfrute es clave que el equipo venza (lo está haciendo, puesto que es el mejor Almería de la época reciente en Segunda División), pero también que vea a los suyos con un estilo de juego reconocible, algo que el Almería ha conseguido.
Tras varias temporadas sin saber a qué jugaba el cuadro almeriense -a nada básicamente-, la llegada de Fran Fernández ha virado el rumbo en ese sentido. El técnico almeriense ya hizo las labores de interino tanto hace dos cursos como la pasada temporada, haciéndose definitivamente con el equipo a falta de seis jornadas para la finalización del campeonato tras la dimisión de Lucas Alcaraz. Aunque FF dejó algunas pinceladas y sentó a algún que otro peso pesado, no ha sido hasta esta temporada, con la pretemporada de por medio, cuando ha podido dibujar a un Almería a su imagen y semejanza.
Desde un primer momento el técnico almeriense ha querido que el Almería jugase en campo rival, con una presión alta y el objetivo de robar cerca del área de penalti del adversario y estar cerca de la portería contraria. Para ello fue fundamental trabajar las líneas para que estuviesen bien juntas y las vigilancias ofensivas para que en caso de robo el equipo estuviese bien posicionado.
En este sentido, los defensas rojiblancos reconocen que por sus cualidades les viene bien este estilo, ya que tienen condiciones para correr hacia atrás en caso de contragolpe. Ya en Soria, en la sexta jornada, quedó bien claro que la UDA lo tenía bien trabajado. Ayer ante el Mallorca, la presión axfisiante de Eteki, Real y compañía provocó numerosos fallos en la salida de balón visitante.
También destaca el Almería por sus transiciones, clave en una categoría como Segunda División. Si los de FF se colocan rápidamente tras pérdida de balón, también montan el ataque velozmente una vez que lo recuperan. Sin embargo, les faltaba mejorar en ataque posicional, según reconocía el propio Fran Fernández. Según lo visto ayer, los rojiblancos han trabajado bien este pequeño lunar.
Tanto en los primeros 55 minutos (4-1-4-1 del Mallorca), como a partir de la entrada al terreno de juego de Ariday (4-4-2), la escuadra almeriense supo mover bien el esférico de un lado a otro para provocar el fallo del rival en las basculaciones. A Juan Carlos Real se le unieron César de la Hoz y, sobre todo, Yan Eteki (excelsa su actuación) en el movimiento de un lado a otro.
Lo que la afición también aplaudió fue que tras el 1-0 el Almería no se encerró, limitándose buscar a la contra, sino que buscó el segundo (lo consiguió) y pudo hacer el tercero, sino fuese porque Aguza erró una pena máxima (Álvaro Giménez también falló otra). De esta manera, ya son siete los encuentros consecutivos en los que el Almería puntúa. Como local sólo ha perdido un encuentro: en la jornada 3 ante el Málaga, el pasado 3 de septiembre.
Tampoco ha ayudado en esta búsqueda del estilo que desde diciembre de 2014 hasta abril de 2018 pasasen hasta siete entrenadores por el banquillo local del Estadio de los Juegos Mediterráneos (sin contar a los interinos Miguel Rivera y el propio Fran Fernández). En concreto, fueron Juan Ignacio Martínez, Sergi Barjuan, Néstor Raúl Gorosito, Fernando Soriano, Luis Miguel Ramis y Lucas Alcaraz, todos fulminados por Alfonso García, excepto el último, quien abandonó el barco después de que Mario Husillos le prometiese el banquillo del Málaga.