REAL MADRID

Isco ya superó una crisis

Entre lesiones y suplencias, el malagueño comenzó la 2016-17 con dudas pero se repuso liderando a la Unidad B. Acabó siendo titular y clave en la Liga y la Duodécima.

Isco, en el banquillo de Ipurua.
Sergio Gómez
Actualizado a

Año nuevo, viejos debates. Solari compareció este miércoles en conferencia de prensa y el foco volvió a apuntar a Isco. "¿Quiere recuperar a Isco en este 2019?", le preguntaron al entrenador del Real Madrid, que respondió con el siguiente mensaje: "Todos tienen que estar metidos, comprometidos y trabajando con ilusión y alegría. Isco nos ha dado muchas alegrías y nos las tiene que seguir dando". Ese es el reto del centrocampista, que con Solari está en lo más bajo de la noria (con 314' es el 18º en minutos con el argentino y sólo ha jugado de titular dos partidos de 13). Pero es un reto que no le es desconocido y que ya ha superado.

Las dudas ya envolvieron la figura del de Arroyo de la Miel con Zidane. La temporada 2016-17, tras un verano complicado donde Isco vio cómo el Madrid le ponía en el mercado (el técnico francés optaba por vender a James pero Florentino se negó), se le presentó como un puerto de primera categoría. Fue titular en la Supercopa de Europa contra el Sevilla (triunfo 3-2), pero cayó al banquillo en la primera jornada de Liga (jugó 17' en el triunfo 0-3 ante la Real), se lesionó días después (estuvo tres partidos de baja) y no jugó ni un minuto en la Champions hasta el 22 de noviembre, contra el Sporting de Portugal (hasta Coentrao había jugado más que él en la competición europea). No era fijo para Zidane y cuando se abrió la ventana de invierno, Pochettino quiso pescar en río revuelto e intentar la cesión del malagueño para su Tottenham. Pero se encontró con la misma respuesta que tuvo en verano. "Me quedo", zanjó el jugador.

Lideró la Segunda Unidad

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Isco comenzó el año 2017 con otra actitud. "He tenido paciencia y he sabido esperar mi momento", llegó a asegurar. Con su renovación en el aire (acababa contrato en 2018), cambió de mentalidad y dio un paso al frente. Lideró aquella 'segunda unidad' por la que apostó Zidane, y que fue clave en la conquista del título de Liga, con exhibiciones ante el Granada, Sporting o Deportivo. Isco acabó subiéndose al carro del francés y cerró la temporada de manera brillante. La lesión de Bale le abrió la puerta del once y el malagueño respondió: fue un pilar ante el Atlético en Champions (marcó el gol que acabó con las esperanzas rojiblancas en el partido de vuelta) y contra la Juventus, en la final de Cardiff.

Este año, con la llegada de Solari, el malagueño está experimentando de nuevo el desencanto que inocula el banquillo. Media Europa está atenta a su situación (tiene contrato hasta 2022 y una cláusula de 700 millones), aunque el pasado 30 de diciembre, en Deportes Cuatro, quiso cerrar el debate sobre una posible salida a corto plazo: "Para nada me voy a ir, estoy muy feliz. Claro que quiero continuar en el Madrid para seguir ganando títulos". Su situación deportiva con Solari es complicada, pero Isco ya ha demostrado que puede poner en marcha la noria, superar la crisis y acabar la temporada en todo lo alto.

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