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UN HECHO HÍSTORICO EN EL FÚTBOL ESPAÑOL

Tebas y Rubiales sellan la paz “por el bien del fútbol español”

Se vieron en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, en Burgos. Rienda promovió el encuentro y se apoyó en Obama y el Papa Francisco.

Luis Rubiales con Javier Tebas.
EFE

La rivalidad enconada entre Tebas y Rubiales, que ha marcado el fútbol español en los últimos tiempos, ha dado un giro inesperado en estas fechas navideñas. Han hecho las paces, hasta el punto de que el segundo pasará estas vacaciones dos días esquiando en el Pirineo oscense, invitado por Tebas, y este a su vez será inmediatamente después huésped de Rubiales en Sierra Nevada. Son ambos lugares emblemáticos en los que los dos mandatarios tienen sus raíces. El giro en su relación se dio por un encuentro que ellos en principio creyeron casual, pero que fue preparado con el fin de acercarles en un ambiente propicio. Y funcionó. Ahora, esas visitas recíprocas a Pirineo oscense y Sierra Nevada servirán para apuntalar una acción conjunta...

En primer lugar, los dos van a retomar con urgencia la idea del Girona-Barcelona que debía jugarse en Miami el 26 de enero. Tanto Tebas como Rubiales piensan que hay tiempo para volver a ponerlo en marcha. Incluso quieren ir más allá. Pondrán sobre la mesa una propuesta para que también se juegue en

EE UU, esta vez en Nueva York, el Leganés-Madrid de la jornada 32. Sería a mediados de abril. “Todo por el bien del fútbol español”, concuerdan ahora Tebas y Rubiales, “por hacer un producto atractivo”. Por su parte, Rubiales ya ha accedido a que las oficinas de LaLiga sean traspasadas de la calle Torrelaguna a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Se trata de centralizar la maquinaria del fútbol del país.

El encuentro que sirvió para reconciliar a ambos se produjo en el lugar más inesperado. No un aeropuerto o la entrada de algún musical de moda, sino en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, una abadía trapense situada en el término municipal de Castrillo del Val, a 10 km del centro de Burgos, donde ambos, abrumados por sus tareas y las complicaciones crecientes de su trabajo, acudieron en Nochebuena para relajarse y meditar en un ambiente propicio. Allí se sorprendieron de verse el uno con el otro en la íntima y espiritual hospedería que el grupo de más de 20 monjes atienden con tanta dedicación. Fueron ellos, discretamente aunque encantados con la idea pues dentro de esos muros también llegan noticias apasionantes del fútbol, quienes les animaron a desayunar juntos el día de Navidad.

El encuentro, casual para ellos, no tuvo nada de tal. Fue urdido por dos altísimos personajes, Obama y el Papa Francisco. Obama trabó amistad con Rubiales, como es sabido, con ocasión de una visita de éste, en la que le felicitó por la determinación con que zanjó el caso Lopetegui. Por su parte, el Papa y Tebas tienen también buena relación. Al Papa, muy futbolero, le gusta que LaLiga española esté en manos de un profundo creyente (Tebas lo es), porque entiende que así el desarrollo de la actividad futbolística, de tan profundo arraigo en España, estará inspirada por los principios que animan el movimiento cristiano.

Cuestión de Estado. El choque entre Tebas y Rubiales amenazaba la estabilidad del fútbol, una de las cosas que de verdad funcionan en este país, hasta convertirse en la baza más predicada de la Marca España. A Pedro Sánchez le ha preocupado seriamente el conflicto entre los dos máximos mandatarios, y encargó a María José Rienda que trazara una estrategia de distensión. Primero habló con ellos en busca de provocar una reunión, pero la mandaron a paseo, por decirlo deprisa y bien, ambos con la misma energía.

Fue entonces cuando acudió Rienda a esos dos poderosos intermediarios, y de ella misma partió la sugerencia de que les recomendaran, por separado y sin saberlo ninguno de los dos, unos días de meditación en un lugar adecuado. Aparte de Obama, el Papa y María José Rienda, sólo el abad estaba al tanto. De hecho, fue él mismo quien, a la vista de que el desayuno de maitines del día de Navidad salió bien, les aconsejó intercambiar unas jornadas de esquí, en sus respectivos predios. La idea, obviamente, le había sido sugerida por la propia María José Rienda, que conoce mejor que nadie los efectos beneficiosos que para el espíritu tiene su deporte, practicado en íntimo contacto con la naturaleza, lo que eleva el espíritu y predispone a la generosidad.

La noticia de este arreglo entre Tebas y Rubiales ha trascendido los muros del monasterio para júbilo de la comarca, donde ya es vox populi cómo los dos mandatarios rompieron el hielo al verse sentados, uno frente al otro, en una vetusta y austera mesa de madera sobre la que descansaban dos tazones de cereales para el desayuno, en un frío salón, sólo iluminados por la tenue luz de un candil y esperando ver amanecer. Todo, bajo el abrigo de estos monjes de la Orden Cisterciese de la Estricta Observancia. Sorprendentemente, los dos recordaron un chiste que venía al pelo. Aquel de los tres monjes que desayunaban en un monasterio y que, uno tras otro, se quemaban los labios con la leche hirviendo de su tazón. “¡Qué pocos somos y qué mala leche tenemos!”, se carcajearon Tebas y Rubiales al unísono. Y en realidad, ese fue el inició una nueva etapa para el fútbol español.

24 habitaciones austeras que invitan a la meditación

Las sierras lejanas se ven como indecisas escorias violetas, algunos árboles tienen alma de oro con el sol de la tarde, y en los últimos términos los mansos y oscuros colores abren sus enormes abanicos cubriendo de terciopelo tornasol las dulces y melancólicas colinas…”. Así describía el poeta granadino Federico García Lorca, en 1917, el entorno en el que está enclavado el Monasterio de San Pedro de Cardeña, cerca de Burgos, que a partir de ahora será también recordado como el lugar en el que Tebas y Rubiales firmaron la paz para emprender una nueva etapa de apoyo mutuo por el bien del fútbol español.

Allí acabaron los dos mandatarios tras la acción emprendida por María José Rienda a instancias de Pedro Sánchez y con el apoyo de Obama y el Papa Francisco. El lugar era muy propicio para el encuentro de ideas. No sólo por su espiritualidad. También por la buena mesa de la comarca y la bodega románica que hay en el mismo monasterio y que produce excelentes caldos. La hospedería es parte del monasterio, tanto física como espiritualmente. Por tanto, según anuncian los propios monjes en su web, “el huésped forma parte de ambos y debe cuidar no interferir en la vida de comunidad”. La hospedería dispone de 24 habitaciones con calefacción y baño completo, para quienes busquen un espacio de paz y sosiego, “donde poder vivir una experiencia espititual de reflexión, recogimiento y calma interior”. Dos de ellas fueron ocupadas por Tebas y Rubiales con tan buen provecho para el fútbol español.

El monasterio, situado en el término municipal de Castrillo del Val, a 10 km del centro de Burgos, fue construido en el año 899 y, actualmente, está considerado como BIC (Bien de Interés Cultural). Fue declarado monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931. Y ahora también forma parte de la historia del fútbol de este país.