Jesé: "Tenía amigos en el Madrid que dejaron de serlo"
El canario del PSG se sinceró en una entrevista con As. "En el Madrid vivía rodeado de gente, pero me sentía solo", confiesa. Se siente en forma: "He perdido siete kilos".
¿Qué tal está?
Si le digo la verdad, echo mucho de menos jugar al fútbol. Quiero volver a jugar cuanto antes. Me paso los días esperando a que el mercado de fichajes vuelva a abrirse (no tiene ficha con el PSG, con el que sí entrena). Me encuentro bien y me estoy preparando muchísimo.
¿Se acuerda de su último partido?
Creo que va a hacer un año… No sé, como en abril. Pero no jugué todo el partido, fue un rato. No recuerdo exactamente la fecha, pero casi un año. Mucho tiempo.
Es duro ser futbolista y no jugar.
Durísimo. Lo he pasado mal, pero intento sacar cosas positivas de lo negativo. Ha sido una preparación psicológica para mí, de valorar qué es lo que realmente necesito en mi vida y en el fútbol. Me he rodeado de gente a la que quiero de verdad. También he cambiado hábitos en mi vida.
¿Qué ha cambiado?
Cambié amistades. Creo que tenía unas amistades que no eran buenas y las quité de mi vida. Acerqué a mi familia. Cuando juegas y estás viajando todo el rato hay poco tiempo para ver a los hijos. En este año que llevo sin jugar he pasado mucho con los míos. También he vuelto a trabajar el aspecto físico con la persona con la que lo hacía antes de la lesión grave que sufrí en el Madrid y que luego me ayudó en la recuperación. Además de entrenar con el equipo, todos los días hago un entrenamiento personal con él y también otro en casa. He bajado siete kilos.
¿Siete kilos?
Sí, ahora estoy en el peso que tenía antes de la lesión de rodilla y que nunca tuve después. Mi peso ideal. Llego al mercado de invierno con el peso que tenía antes de la lesión.
¿Por qué nunca recuperó su peso ideal?
Creo que por proteger mucho la rodilla me puse demasiado fuerte de piernas y de musculatura en general. Cometí ese error, pensé que así me protegería más de las entradas y de las caídas. Lo que yo necesito es estar fino de arriba y con fibra abajo. Así estoy ahora.
¿Cuida más su alimentación?
Antes le daba importancia y me cuidaba, pero ahora he mejorado. La entiendo mejor. Casi me he vuelto un loco de qué comer o no dependiendo del entrenamiento que haya hecho. Me he metido mucho en el tema. Desayuno todos los días a las 9, voy a entrenar, como, meriendo, le doy mucha importancia al descanso, a las máquinas de recuperación…
¿Se deja de lado la familia por esas amistades negativas de las que hablaba antes?
Cuando uno es joven y se ve con fama y dinero piensa cosas que no son lo verdaderamente importante en la vida. Yo he aprendido con el tiempo y a base de cosas malas. Ahora sé distinguir mucho mejor cuál es la realidad y a tener los pies en el suelo. No quiere decir que antes no los tuviera, pero ahora soy mucho más maduro.
¿A uno le ‘salen’ amigos por ser jugador joven del Madrid?
Es así. Crees que tienes amistades verdaderas y que dan todo por ti y luego a la hora de la verdad no te corrigen cuando estás haciendo las cosas mal. Al final los únicos que no te van a fallar son tus familiares. Yo me senté con ellos y les dije que quería cambiar cosas. Hice clic.
¿Ha llegado a utilizar un psicólogo, como dijo Morata que había hecho?
Yo nunca. Pero me lo creo de Álvaro. No es fácil pasar por lo que pasamos y también nosotros cometemos errores: somos jóvenes, con fama, dinero…
¿Tener tanto dinero con sólo 20 años llega a desorientar a un jugador?
Yo antes gastaba mucho, ahora lo gestiono de otra manera. También he aprendido de esto. Cuando eres joven te metes en una burbuja y te crees que estás haciéndolo todo bien y en realidad estás tomando malas decisiones casi siempre. He cometido mis errores y me he equivocado, no tengo ningún problema en reconocerlo.
¿Se arrepiente de algo?
Me arrepiento de no haber aprovechado los momentos que tuve en el Madrid después de la lesión. Yo pienso: si entonces hubiera trabajado como llevo haciéndolo estos últimos tres meses… Luego ya vine a París, tuve la apendicitis, estuve dos meses parado y nunca jugué con regularidad. Si hubiera sido tan estricto conmigo mismo después de la lesión en el Madrid, a lo mejor hubieran pasado otras cosas.
¿Cree que dedicarse a la música, por ejemplo, haya podido perjudicar su imagen?
Cada futbolista tiene su manera de distraerse, es un hobbie. Yo me dediqué a hacer música a la vez que a jugar al fútbol porque me encontraba muy solo. Tenía mucha gente alrededor, pero estaba solo. Era un refugio para mí. Por eso escribía mis canciones.
Llegar al vestuario del Madrid siendo joven y con carisma es complicado.
Lo es, pero estás feliz y alucinas con lo que tienes alrededor. Quieres comerte el mundo. El problema llega cuando te acomodas. Eso fue lo que me pasó: me acomodé. A ese nivel no puedes acomodarte nunca. Había llegado al Madrid, con 16 años marqué con el primer equipo, me pusieron un contrato delante, lo había hecho todo bien hasta la lesión. Cuando volví, como que me conformé. Siempre tienes que luchar y querer más y más.
¿Los compañeros que tuvo, por ejemplo los del Madrid, se han acordado de usted?
No. Ahí te das cuenta de muchas cosas. Pero no es una crítica, de verdad, cada uno hace lo que quiere. Yo pensé que tenía amigos en el vestuario del Madrid y han dejado de serlo porque tampoco se han preocupado o han contestado a mis mensajes. Sí he tenido dos amigos, con los que jugaba desde pequeño, que han estado ahí siempre. Uno juega en Primera y el otro en categorías más bajas.
¿Generamos demasiadas expectativas con usted?
Los periodistas, y la gente en general, siempre opinan según lo que ven desde fuera. Ustedes generaron esas expectativas porque me las veían. No inventaron nada. Sólo espero poder estar a tiempo de poder cumplirlas… Estoy más motivado que nunca.
¿Ve fútbol?
Sí, me encanta. No sólo los partidos de Madrid y Barça, también cualquiera de Segunda. A veces me pongo partidos míos de cuando estaba en el Madrid o en Las Palmas. Me ayuda a recordarme y a corregir cosas.
¿Tiene la sensación de estar ante una segunda oportunidad para triunfar?
Así es, y la gente que tengo alrededor también lo cree. Ellos saben que puedo. Mis hermanos Misael e Israel, así como toda mi familia, me insisten mucho con eso.
La enfermedad de su hijo, ¿cómo le afectó durante la temporada pasada?
Lo he pasado muy mal y lo sigo pasando mal. No le deseo a nadie que su hijo tenga una enfermedad y además incurable como es mi caso. Pero también me motiva. Cuando estoy cansado entrenando, pienso: “No puedo sentir dolor ni cansancio, debo hacerlo por mi hijo”. Por él y por los otros dos que tengo.
A Silva le pasó algo parecido.
Sí, me escribió y me preguntó. Le di mi opinión. Lo pasó realmente mal, aunque parece que ahora va mejor. Le dije que nos había tocado a nosotros y que había que aceptarlo. Aquí el fútbol queda en un segundo plano, antes somos personas.
¿Qué le dicen sus compañeros y el técnico del PSG, Thomas Tuchel?
¡Casi todos me dicen que no podrían aguantar mi situación! Con Cavani me llevo muy bien y me reconoce que a veces soy yo el que les animo a ellos al verme entrenar. Desde que cerró el mercado de verano supe que no jugaría y que me tocaba asumir este papel. Tuchel, hace un mes, dijo en una charla delante de todos que era un ejemplo para el resto por mi situación y por cómo estaba respondiendo ante ella. Me dio las gracias.
¿Le da igual el equipo al que llegar en el próximo mercado de invierno o mantiene un cierto cartel?
El cartel que haya tenido es cosa del pasado. Lo que quiero es jugar. Volver a disfrutar los seis meses de temporada que quedan. Currar y currar. Voy a tener que controlar el hambre que tengo con la ansiedad que me generará el momento. Quiero volver a sentir ese olor cuando uno entra al campo. Sobre todo mi padre lo ha pasado mal sin verme jugar. Todos lo pasamos mal.