Griezmann aleja el bajón de los meses noviembre y diciembre
Su desde siempre 'mes de bajón' desde que llegara a la cantera de la Real de la mano de Eric Olhats ya tampoco lo es. El francés despertó en él: 5 goles y 3 asistencias desde éste.
En su evolución hacia el jugador total, Antoine Griezmann ha dado otro paso en 2018: ya no le afectan ni los bajones de noviembre. Este año, de hecho, ese ha sido el mes en el que el francés se ha quitado todo el verano de encima, cuando ha explotado, cuando ha vuelto a ser decisivo. Por eso se quedó, por eso quiso el Cholo que se quedara, por eso forzó el Atlético. Griezmann siempre es un seguro. A veces porque es el que más corre de todos (en la fase de grupos de la Champions así lo fue, entre todos los españoles), a veces porque, aunque juegue mal, como en Valladolid, su bota es la que resuelve: una asistencia, dos goles y el Atleti a volar sobre su capa.
La lejanía de su familia, la lluvia de San Sebastián, el frío de los días de otoño que se van al invierno. Eran muchas las razones que llevaban a Griezmann a la morriña. Lo dice en su libro autobiográfico, Detrás de una sonrisa, se lo contó a As en una entrevista: "El tiempo comenzaba a ser fresco, los días se acortaban. Cada año, en esa época, sufría un pequeño episodio de depresión. Si Eric no me hubiera llevado a su casa, habría vuelto a la mía". Durante toda su carrera esa depresión volvía, siempre en noviembre. Y se palpaba en sus números: el año que más goles hizo un noviembre fue el de 2015, cuatro. Todo ha cambiado en este 2018, sin embargo.
Comenzó noviembre en Leganés y lo hizo marcando, un disparo directo a sus propios fantasmas. Desde entonces ha participado en ocho goles, cinco los hizo (a Leganés, Alavés y Valladolid en Liga, a Dortmund y Mónaco en Champions), tres los dio (ante el Mónaco en Champions y ante el Athletic y Barça en Liga). Ha sido en los meses fríos en los que ha vuelto a aparecer ese Griezmann de la capa, más necesario que nunca ante la sequía de Costa y su posterior ubicación. Griezmann es un futbolista de frac al que no le importa ponerse el mono de trabajo.
2018 es ya su mejor año en números, de hecho. Y no sólo porque se ha cosido al pecho una estrella de campeón del mundo en Rusia, o por la Europa League con el Atlético, o por la Supercopa de Europa ganada al Madrid, es porque nunca hizo tantos como goles como en éste, de enero a diciembre, 32. Con 83 en Liga desde que llegó al Atlético ya es el extranjero que más goles ha marcado en la historia del Atlético de Madrid en Primera, superando a Rubén Cano, 82. Era, por cierto el de Zorrilla, su partido 300 en Primera División.
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