Llorente, el recambio olvidado
Sólo ha jugado el 5% de los minutos de esta temporada. No le llenó el ojo a Zidane ni a Lopetegui, pero la baja de Casemiro puede ayudarle ahora con Solari.
Se desea lo que no se tiene o se tiene a medias y, cuando se consigue, acaba sobrando. De esa habitual incoherencia de querer primero y no valorar después ha sido víctima Marcos Llorente tras su vuelta al Madrid, casi marginado por Zidane y Lopetegui, y de momento infrautilizado por Solari. Julen (11 minutos ante el Espanyol) y Santi (90 minutos contra el Melilla, en su única citación hasta la de este lunes desde el cambio de guardia en el banquillo) sólo le han dado el 5% del tiempo de juego de esta temporada, un porcentaje que podría aumentar en Roma, donde no estará por lesión Casemiro.
Esta encrucijada ha llevado a la frustración a Marcos. Pese a ello, consecuente con su forma de entender su trabajo, encara cada día sin guardarse nada, aún creyendo que, cuanto más apriete los dientes, más oportunidades le van a llegar. El experimento del sábado en Ipurua, con Ceballos, Kroos y Modric juntándose en el centro del campo, acabó en cortocircuito porque nadie acompañó para sofocar el admirable ímpetu del Eibar. El Madrid echó de menos a Casemiro, un precedente que podría conducir hasta Llorente, el olvidado y más natural recambio para el brasileño.
Así, como "el más similar en la plantilla" a Case, le describió el lunes en rueda de prensa Solari, que sin embargo le dejó en su enumeración de sustitutos para el pivote en esa misma intervención en último lugar, por detrás de los centrales, Kroos, Ceballos y hasta Valverde. Como si su completísima temporada en la 16-17 en el Alavés ya no importara o la hubiera sepultado la de su regreso al Bernabéu, este curso se ha quedado fuera de la lista en nueve de 19 partidos. Así está Llorente: le sobran las ganas, pero le falta alguien que confié en él.
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