Santi Mina guarda en su casa un balón como si fuese un tesoro. No es una pelota más. Es la del recuerdo que le queda de un póker que marcó con sólo 19 años. Mañana le vendrán muchos recuerdos a la mente porque su primera gran noche como profesional fue ante el Rayo. Mina anotó cuatro goles en apenas 35 minutos con el Celta (6-1). Todo un récord. El gallego irrumpió en la recta final de la temporada 14-15. Aquella exhibición y su gran futuro le sirvieron para firmar por el Valencia meses después.
Mina despertó el interés de muchos clubes aquel día. Balaídos, que hasta la fecha desconocía su faceta goleadora, enmudeció al ver cómo su perla anotaba cuatro dianas en solo cinco disparos. Con la derecha, de vaselina con la izquierda, de cabeza y tras un regate a Toño. Este fue el repertorio de Mina ante el Rayo. El póker le sirvió para convertirse en el futbolista más joven en anotar cuatro goles en los últimos 80 años de la Liga. La vida de Santi Mina cambió a partir de ese día. Empezó a acaparar portadas y elogios, hasta el punto de que el Celta le veía como una pieza clave en su futuro. Pero apareció el Valencia y todo cambió. El 4 de julio de 2015, tres meses después de aquel póker, el club ché anunció su fichaje por 10 millones de euros. El Rayo fue el trampolín de un Mina que quiere utilizar mañana el mismo rival para el despegue del Valencia en Liga.