Manuel Vizcaíno: “Cesar a un entrenador es el mayor fracaso para un presidente”
Manuel Vizcaíno llegó a la presidencia del Cádiz en diciembre de 2013. El equipo estaba en Segunda B y con una deuda de 20 millones de euros rebajada a uno. Apuesta porque Álvaro Cervera se quede “muchos años”. Mala relación con Quique Pina.
Tras un mal comienzo, el equipo remonta el vuelo.
Los proyectos no se pueden medir ni por tres partidos malos ni por tres partidos buenos sino por la consistencia de los mismos. Entiendo que este proyecto es consistente. El objetivo final de este proyecto es tener al equipo en Primera División. Ese objetivo debemos conseguirlo paso a paso, sin aspavientos ni poner en peligro la estabilidad del club.
¿Qué Cádiz cogió?
Un Cádiz en liquidación. No era la primera vez que el Cádiz estaba en liquidación pero en esta ocasión había un informe de los administradores concursales donde decían que no había otra solución que liquidar al Cádiz. Al final se encontraron las soluciones para estar donde nos encontramos hoy.
¿En qué momento decide tomar las riendas?
Mi trayectoria en el fútbol requería un paso más. En el Sevilla las cosas cambiaron por razones que todos conocemos. Entendimos casi todos que el Sevilla necesitaba de un modelo, aunque fuera continuista con otras personas, y yo entendí que era la oportunidad de hacer algo por mí mismo. Y qué mejor que en el Cádiz.
¿Qué deuda tenía el club?
Alrededor de 20 millones de euros era la deuda total. Lo que va quedar de deuda neta a final de temporada va a ser prácticamente un millón de euros, si no hay novedades. Antes de mi llegada el equipo no subió y sé que Pina no había llegado a un acuerdo con Antonio Muñoz (expresidente). Dimos el paso sin mirar y se fueron solucionando problemas día a día.
¿Qué es Locos por el Balón?
Es una sociedad que tiene las acciones que representan la mayoría del Cádiz. Suponen el 60% del capital. Tiene dos socios, uno es Manolo Vizcaíno, y su entorno y el otro es Quique Pina y su entorno. Cuando hablo de entorno me refiero a mi familia y la familia de Pina.
¿Cómo fue la negociación con Quique Pina?
La negociación la llevamos entre José María del Nido, Quique Pina y yo. José María tuvo que salir del proyecto por, razones obvias, nada más empezar. El CSD no le hubiera dejado estar. Desaparece José María y nos quedamos Quique y yo. Hasta hoy con muchos altibajos como ustedes saben. Y muchos problemas porque al final no hemos sido capaces, si bien no ha afectado en momento de crisis como tenemos ahora, bastante gorda, al funcionamiento del equipo. Internamente ha sido difícil de manejar una situación donde no hemos estado de acuerdo casi nunca.
¿Por qué es mala la relación con Quique Pina?
Él ve las cosas de una forma y yo de otra. No quiero incidir mucho en algo que he intentado siempre que no afecte al equipo. El tiempo da y quita razones. Yo tengo mi trayectoria y es la que quiero defender. La independencia del Cádiz le ha librado de muchos problemas.
¿Cuándo supo que algún día sería presidente de un club de fútbol?
Nunca pensé que iba a ser presidente de un club de fútbol. Jamás. No era la ilusión de mi vida. La experiencia con mi padre, que estuvo muchos años en el Sevilla, después la experiencia empresarial en este club. Es, posiblemente, el proyecto que más cosas ha conseguido empresarialmente en el fútbol español y fui partícipe. Las circunstancias hicieron que sea presidente del Cádiz y con muchísimo orgullo. Intento que la institución esté bien representada y esté considerada como una entidad seria en el fútbol nacional e internacional.
¿Qué aprendió en aquella etapa?
Tengo mi modelo. Cuando empezamos en el Sevilla visité todos los clubes que pude e intenté captar de ellos lo que nos podría servir para nuestro modelo. El modelo es mío y he intentado aprender de todos y especialmente de José María del Nido, que es la persona que más me enseñó. Somos distintos porque su modelo no tiene nada que ver con el mío, pero si aprendí a luchar, creer en todo y no arrugarte nunca por conseguir un objetivo. El concepto de vender para crecer y el de cantera; el estar dentro de las instituciones del futbol con mando. El Cádiz es el único club de España que es miembro de la Comisión Delegada de La Liga y Comisión Delegada de la Federación. Tener voz y voto en las decisiones importantes.
¿Sevilla y Cádiz pueden tener caminos paralelos?
Parecía impensable que el Sevilla lograse lo que consiguió. Cuando llegamos al Cádiz parecía impensable estar como estamos y cómo vamos a estar porque sigo pensando que hay mucho margen de crecimiento. La ambición no está reñida con la humildad.
Como negociador tiene fama de duro.
Mi actividad principal fue al principio el marketing. Mi título era ‘director de marketing y recursos humanos’. Imagínense… Llevaba las estructuras y el día a día de la entidad (en el Sevilla). Estábamos tres personas, José María Cruz, Monchi y yo. Fui consejero desde el primer día. Siempre estuve en la toma de decisiones del club. Sigo siendo vendedor. Siempre tienes que dejar a la gente hacer las cosas, pero traslado cómo yo las haría de vez en cuando. Meto presión a la estructura para que se den cuenta de que los ritmos son muy importantes para conseguir las cosas.
¿Cómo cambia el chip de venir desde un Sevilla campeón a un Cádiz en Segunda y con una deuda de 20 millones de euros?
Eso depende de la persona. Si tú te crees que eres superior a los demás, puede que te cueste trabajo. En el Sevilla vas en chárter a todas partes, a Mónaco te sientas en las mesas donde te sientas… A mí no me costó ningún trabajo coger un coche con mi amigo Jorge Cobo y visitar todos los campos de Segunda B. No he dejado de ver un partido del Cádiz oficial o amistoso. Me habré perdido dos en estos años como mucho. Sabía que tenía que fajarme y remangarme. Era un momento de aportar y no de recoger. Tras perder el ascenso con el Bilbao Athletic era para salir corriendo. Se había hecho un esfuerzo de locos en una plantilla que no había conseguido el objetivo. En vez de arrugarme me vine arriba. Seguí creyendo en el proyecto.
Al año siguiente el Cádiz asciende quedando cuarto en la Liga y eliminando a Ferrol, Racing y Hércules.
Aquel año pasaron cosas parecidas a las de ahora en cuanto a la presión interna y externa. Siempre creí en el equipo. En el mercado de invierno se hicieron cambios importantes de la mano de Enrique Ortiz que hizo una gran labor. Hubo momentos de mucha tensión. La gente decía que no merecía la pena jugar el playoff porque nos iban a eliminar. Ningún equipo había subido como cuarto. Pero yo me decía. “seguro que ellos no quieren jugar contra el Cádiz”. Coincidió que una de las negociaciones del mercado de invierno fue con Jon Ander Garrido, que hoy día es un valladar del Cádiz, que estaba jugando en el Ferrol y pusimos la ‘cláusula del miedo’. Estaba escrito que haciendo las cosas así íbamos a subir.
¿Álvaro Cervera puede ser el Wenger del Cádiz?
Destituir a un entrenador es el fracaso más grande que puede tener un presidente. El más grande de todos Dicen que es el más fácil. El club que se precie de ello es el que muere con su entrenador, el que le ayuda a mejorar. Lo que me gustaría es que Álvaro Cervera estuviera muchos años en el Cádiz porque sería señal de que el proyecto es ganador.
¿Se planteó en los malos momentos cambiar de entrenador?
Ya he respondido antes. En los malos momentos es cuando más hay que reforzar la figura del entrenador que es lo que hicimos.
¿Y aquel cambio de Claudio Barragán por Álvaro Cervera?
En aquel momento se vio que Claudio no podía. Suele pasar eso. Llevábamos tres meses renqueando desde el partido contra el Algeciras. En esos tres meses se trabajó en la posibilidad de un cambio y cuando vimos que era o eso o no conseguir el objetivo solo en ese momento nos atrevimos a dar el cambio. Buscábamos portería cero, resultados y alguien que se manejara bien en los partidos a doble vuelta. Tuvimos razón con Álvaro que ha hecho dos temporadas intachables en Segunda División.
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