El Sevilla llegó ayer con las luces puestas a Akhisar porque el grupo se ha puesto imprevisible (sigue el partido en directo en As.com). Standard, Krasnodar y Sevilla se han ganado entre ellos, empatan en la clasificación y lo que está prohibido es dejarse puntos contra los turcos, que en el Sánchez Pizjuán dejaron una pésima impresión y que todavía no han sumado el primer punto de su historia europea. Tal vez precisamente por eso sean más peligrosos. A Turquía no han ido los delanteros titulares André Silva y Ben Yedder (el portugués podría regresar ante el Espanyol, el francés lo tiene más difícil). Como en la ida, Muriel, Nolito y Promes deberían ser suficientes para ganar con amplitud al 157 del ránking UEFA pero el Sevilla prefiere adoptar un perfil prudente.
Es difícil saber qué peligros puede esconder Turquía. En apariencia, el Spor Toto Akhisar Stadium es un estadio coqueto de nueva construcción lejos de aquella leyenda de los infiernos turcos que hace tiempo que ya no es tal. Después de su explosión goleadora en aquellas tremendas semanas ante Levante, Madrid, Eibar o el mismo Akhisar, los pentacampeones de la competición se quedaron a cero ante el Villanovense y la Real. En Sevilla se hizo hace tiempo popular la expresión “tirar la camiseta” para los suplentes que, como en Villanueva de la Serena, no lo pusieron todo.
Esta noche tendrán una nueva oportunidad, especialmente sus delanteros, ahora que se habla ya abiertamente de la posibilidad de incorporar un nueve en enero. Para el Akhisar, en el que fue imposible detectar un miedo en Nervión, es una cuestión de honor no volver a ser vapuleados. Convendría que el Sevilla saliese con las luces puestas en la desconocida región de Manisa.