MELILLA-REAL MADRID
Aquí juega el Madrid: Melilla, española desde hace cinco siglos
Fundada por los Fenicios y ubicada en África, siempre estuvo fuera del protectorado español en Marruecos. Antes de pasar a ser ciudad autónoma en 1995, formaba parte de la provincia de Málaga.
Santiago Hernán Solari debuta mañana al frente del banquillo del Real Madrid, que también lo hace de forma oficial en el estadio municipal Álvarez Caro en el encuentro correspondiente a la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, frente a la U.D. Melilla. Ciudad autónoma española de unos 12 kilómetros cuadrados enclavada en el extremo noroeste del continente africano, en el cabo de Tres forcas, a orillas del Mar de Alborán y frente a las costas de Almería, se encuentra ubicada en la zona geográfica natural de Guelaya, en el seno de la región del Rif. El paso de diferentes civilizaciones dan lugar a una ciudad con un rico patrimonio histórico, artístico y arquitectónico habitada por una población flotante (de paso), dada su localización estratégica, multiétnica y multicultural de 86000 habitantes. Bañada por una agradable temperatura media de 19ºC posee como curiosidad, la tasa de natalidad más alta de España.
Frontera con Marruecos, Melilla está en el foco de los medios por la continua y constante oleada de inmigrantes, donde, en su paso fronterizo, convergen desde barcos o lanchas patera a vehículos y personas a pie. Además, los devenires de reclama de ‘africanización’ de la ciudad por parte de Marruecos, reivindicando la inclusión de la ciudad en su territorio son constantes, otra de las coyunturas que colocan a la ciudad en la picota, a pesar de que, históricamente sus competencias siempre han sido gestionadas fuera del protectorado español de Marruecos, resultando de soberanía española tanto como cualquier otro territorio español peninsular. Incluso este verano, Marruecos cerró unilateral y definitivamente la aduana en la ciudad melillense, que ya suma 500 años de ‘españolidad’.
Como expone el Derecho Internacional en las reglas de juego aplicables a los conflictos de soberanía entre estados, la mera ocupación no es motivo de adquisición de soberanía, por lo que es necesario rastrear la historia de un territorio geográfico para ver si ha seguido el mismo camino que su nación. Hay que destacar que su situación es radicalmente diferente al caso del Peñón de Gibraltar, registrada por la ONU en 1946 como “territorio no autónomo” e incluido posteriormente en la lista de territorios a descolonizar por el mismo organismo en 1963.
La unión de Melilla, fundada por los fenicios, originarios del actual Líbano, en el siglo VII a. C. con el nombre de Rusadir, con la Península Ibérica fue tan estrecha que durante la época del Al-Ándalus siguió permaneciendo bajo jurisdicción peninsular, concretamente al califato de Córdoba. Incluso tomó un rumbo diferente al del resto de regiones limítrofes del norte de África con el declive de los almohades y el triunfo de la Reconquista. La población de la ciudad melillense siempre fue independiente de los reinos de la zona
Ubicada como tierra de nadie hasta ser conquistada por el ducado de Medina Sidonia en 1497 y cedida posteriormente a Castilla en 1556, este territorio estratégico fue habitado por almorávides, almohades o benimerines y sufrió las embestidas de los Reinos de Fez y Tremecen. Es decir, o estuvo unida al resto de la Península o bien permaneció bajo el yugo de pequeños reinos independientes, pero siempre estuvo organizada fuera del protectorado español de Marruecos. Desde la aprobación del Estatuto de Autonomía de Melilla (Ley Orgánica 2/1995, de 13 de marzo, BOE núm 62, de 14 de marzo de 1995), es considerada ciudad autónoma, dejando de formar parte de la provincia de Málaga.