El Barça también se blinda: portería a cero 36 días después

Acostumbrado como había estado la temporada pasada a vivir en el control, el principio de temporada había sido sísmico para la defensa del Barcelona. Desde que ganó al PSV 4-0 en la primera jornada de la fase de grupos de la Champions, hacía nada menos que 36 días, Ter Stegen no había dejado su portería a cero. Era más que eso. El Barça se convirtió durante algunos partidos en un equipo frágil que dejaba agujeros por todas partes. Dos goles concedidos ante el Girona en el Camp Nou, otros dos en Leganés, dos más en Londres contra el Tottenham y uno en los pinchazos contra Athletic y Valencia. “Nos cogen muy abiertos”, reclamaba Piqué. Contra el Sevilla, sin ir más lejos, el Barça recibió dos goles, 15 tiros a puerta y puso en riesgo su buen primer cuarto de hora.

Contra el Inter, el Barça funcionó como un reloj a nivel defensivo. Funcionó la presión alta, el equipo de Valverde se plantó bien y los jugadores elevaron su nivel individual. Piqué estuvo atentísimo y no cometió un error en toda la noche, Lenglet le acompañó bien salvo un mano a mano que perdió con Icardi y pudo significar el 0-1. Y Busquets estuvo perfecto. La manera de pararse en el césped de los azulgranas también ayudó. Arthur, Rakitic, Busquets y Rafinha también aseguraron la posesión y los 21 balones perdidos por Coutinho son menos peligrosos si los extravía en zonas cercanas al área rival.

También hubo concentración a balón parado y si algo fallaba, por supuesto, estaba Ter Stegen, que sacó una gran mano derecha en un centro con veneno de Politano. El alemán recibió menos de la mitad de disparos que ante el Sevilla (7 por 15 el sábado anterior) y, al fin, volvió a jugar tranquilo 36 días después. El Barça también llega con la defensa en hora al Clásico.

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