Cristian salva al Zaragoza ante un Osasuna superior
El equipo de Imanol Idiákez encadena su cuarta jornada sin ganar y sigue alejándose de su mejor versión futbolística en la competición liguera.
El Zaragoza de Idiákez no está para pelear con los mejores. Continúa sin ganar y va perdiendo virtudes a pasos agigantados, mientras sigue muy lejos de corregir sus principales problemas, que en defensa son gravísimos. El Osasuna contaba sus salidas por derrotas, y ni tan siquiera había sido capaz de marcar un gol a domicilio, pero anoche fue superior al equipo aragonés e hizo méritos para haberse llevado la victoria.
El Zaragoza, empujado por el fragor de La Romareda, salió como un tiro, pero el gas apenas le duró cinco minutos. El Osasuna se sacudió la presión, se fue templando y no tardó en hacerse con el control del partido. Y hasta fue el primero en crear serio peligro en un centro envenenado de Lillo que tuvo que conjurar Cristian Álvarez a una mano. Un minuto después, en el 22', llegó la jugada polémica de la noche, cuando el colegiado vasco Sagués Oscoz señaló penalti por un empujoncito de Verdasca a Brandon, que, además, estaba en fuera de juego. Por tercera vez en ocho jornadas, el Zaragoza resultó gravemente perjudicado por la ausencia del VAR en Segunda División. Pero a falta de justicia tecnológica, buena es la Cristian Álvarez, que en estirada felina le detuvo a Brandon el lanzamiento desde los once metros.
La parada fue clave, porque actuó como un estímulo extraordinario para el Zaragoza, que pasó a controlar la situación. Marc Gual, que se marchó poco después lesionado, Álvaro Vázquez y Pombo probaron suerte antes de que Verdasca, con un testarazo imperial a la salida de un córner, batiera a Rubén en el minuto 38 e hiciera estallar de júbilo a La Romareda.
Arrasate, que vio el partido en una cabina de radio por su suspensión federativa, dio entrada tras el descanso a Fran Mérida por el también lesionado Íñigo Pérez, y el Osasuna ganó en criterio y en espíritu ofensivo. El Zaragoza pasó por un cuarto de hora de verdadero agobio, y el equipo navarro rozó el empate en un cabezazo de Rubén García que se fue rozando el poste. Una ocasión a la que no tardó en dar respuesta Álvaro Vázquez, con un acrobático cañonazo que Rubén desvió a córner. Pero aquí se acabó toda la potencia de fuego del Zaragoza. Lo demás ya fue pirotecnia barata.
El partido se abrió por completo, con un ida y vuelta constante, hasta que Roberto Torres, recién ingresado en el terreno de juego, aprovechó un pase atrás de Álvaro Vázquez a Eguaras y sirvió en bandeja a Brandon para que fusilara a Cristian Álvarez en el minuto 64.
Idiákez se jugó entonces la baza de James, al que se esperaba mucho antes, para intentar agitar de nuevo al Zaragoza, pero al equipo ya le faltaron piernas e intención. Pombo estuvo muy individualista y sólo el joven Soro puso en algún apuro a la defensa rival. Muy poco para ganar un partido.
El Osasuna persiguió el triunfo hasta el final y lo tuvo en un disparo al palo de Rubén García y en otro remate en el último minuto que conjuraron entre Cristian Álvarez, providencial un día más, y Lasure.
El Zaragoza ha sumado dos puntos en las últimas cuatro jornadas y empieza a a estar muy lejos de su objetivo. Y lo que es peor, los detractores de Idiákez empiezan a crecer a chorro.