Pochettino: entre su amigo Planes y su verdugo Valverde

Mauricio Pochettino siempre fue un futbolista que jugó duro contra el Barcelona. Entendió bien lo que significaba ser futbolista del Espanyol y nunca escatimó un esfuerzo con el fin de conseguir su objetivo. Pasó pronto del césped al banquillo, tras realizar unas prácticas en el segundo equipo femenino blanquiazul y rápido supo que los banquillos podrían ser una oportunidad para poder expresar lo que él sentía por el fútbol.

Pochettino estuvo muchos años en activo como futbolista, pero su final, fue casi de un día para otro. En junio de 2006, Daniel Sánchez Llibre firmó a Ernesto Valverde como entrenador y éste rápido tomó decisiones importantes: le pidió a la entidad que le diera la baja al que fue central y capitán blanquiazul. “Le costó lo suyo, pero con el paso del tiempo lo entendió y creo que hasta está agradecido”, dice alguien que conoce bien a Pochettino. El ahora entrenador del Tottenham no perdió el tiempo lamentándose y siguió un plan de preparación que a los meses lo llevarían al banquillo del Olímpic de Montjuïc (debutó con un empate a cero contra el Barça en Copa).

Esa decisión de Valverde fue mediatada. Aseguran aún en la Ciutat Esportiva Dani Jarque que “lo que no querían es que Pochettino se impusiese a nadie. Era un proyecto nuevo y querían que se consolidase desde el principio. A Ernesto le costó arrancar, pero en Montjuïc se vio buen fútbol”, indican.

Olvidado Valverde, a Pochettino le llegó la oportunidad de dirigir al primer equipo del Espanyol. Fue en enero de 2009. Los blanquiazules eran un grupo terminal, condenado al descenso, tras no haber podido arraigar la idea de Tintín Márquez y Mané. “Se buscó una solución de urgencia y apareció el hambre de Pochettino, que convenció a Sánchez Llibre en su casa de Vilassar”, recuerdan. “El equipo necesitaba puntos y con el paso de las semanas, llegaron hasta que le sobraron jornadas al Espanyol para salvarse”.

Una de las personas más importantes para Pochettino en su etapa en el Espanyol fue Ramon Planes. El ahora director deportivo del Barça trabajaba codo a codo con Paco Herrera en los despachos del Estadi Olímpic. A Herrera, en una decisión tomada casi de madrugada, lo acabaron echando y Planes dio un paso al frente. Congenió rápido con el entrenador. “No se conocían de nada, más allá del fútbol, pero le dieron mucho al Espanyol. Hubo errores en su gestión, como en todas, pero los aciertos fueron clave para fortalecer el proyecto del club”, resumen ahora desde Cornellà-El Prat. Jugadores como Coutinho, Uche, Osvaldo o Weiss fueron firmados por el ejecutivo, que rescindió con el Espanyol el mismo día que destituyeron a Pochettino del cargo de entrenador.

El tiempo ha querido que la terna de protagonistas vuelva a unirse, aunque con roles diferentes. Planes reporta a diario con Valverde y es uno de sus principales apoyos desde el club ahora que la cosa anda un poco regular, mientras que el entrenador del Barcelona busca la mejor manera para sorprender a Pochettino, el hombre al que no quiso en su equipo y que ahora le puede apretar un poco más la soga. Fútbol. Nada más.