Después de la última jornada, este Villarreal-Valladolid apetece bastante más (sigue el partido en directo en As.com). El cartel, como resaca a un Barça-Athletic y a un derbi, no está nada mal. Por un lado comparece Fornals, la sensación de esta Liga. Más allá de su golazo en San Mamés y de sus delicatessen, el mediapunta está confirmando con tan sólo 22 años que el futuro es suyo y que la Sub-21 será un simple trámite al estrellato. Cerca de él estará Ekambi, con su cuenta goleadora recién estrenada, que es una versión más técnica de Bakambu. Pero no sólo del Submarino depende el partido. Este Valladolid juega como si Ronaldo estuviera en el campo. Únicamente lleva seis puntos, aunque su fútbol está por encima incluso de sus posibilidades. Masip es un cerrojo, al medio campo le gusta más pensar que correr y arriba tiene pólvora. Normal que Sergio ya haya renovado.
El cansancio podría hacer mella, por lo que se esperan cambios. El Villarreal juega en Moscú el jueves un partido vital, así que Calleja deberá retocar su pizarra sin olvidar que su equipo lleva cuatro partidos consecutivos sin ganar en casa. La tranquilidad pasa por tener a la afición contenta. Jaume Costa y Gerard podrían coger aire.
En el Valladolid hay varias cosas claras. Plano no podrá jugar, entrará Antoñito y Borja podría volver para dar más consistencia y repetir el plan de Vigo. Lo de Ünal y Leo Suárez, dos jugadores cedidos por el Villarreal, es curioso. Mientras el primero no participará por la cláusula del miedo, el segundo sí puede jugar. Roig siempre suele emplear la misma táctica. Si el club al que van cedidos sus futbolistas se hace cargo de la ficha entera, pueden jugar. Si no, como sucede ahora, sólo pueden hacerlo en su estadio de adopción. Con Leo Suárez han cambiado las reglas. Jugaba tan poco que hicieron una excepción. Hoy podría entrar de inicio si el Valladolid juega 4-4-2. Veremos la reacción: estas las suele cargar el diablo.
