El Oviedo se enfrenta en este inicio de campeonato a un problema inusual en los últimos tiempos: su incapacidad para ganar en el Carlos Tartiere. Después de tres encuentros ante su gente, los de Anquela solo han sido capaces de sumar dos puntos. El último, el domingo ante el Elche, dejó además un mal sabor de boca. Como el propio entrenador azul reconoció, los visitantes fueron mejores y merecieron los tres puntos. Tejera, que salió en la segunda parte para tratar de darle el control del partido al Oviedo, analiza el choque en el mismo sentido: “No hicimos lo que habíamos entrenado. Lo más positivo fue el empate porque no estuvimos a nuestro nivel en ningún momento”.
La vuelta a los entrenamientos fue precedida de una reunión en el vestuario en la que Anquela y los futbolistas trataron de hallar la clave por la que el Oviedo este año es más débil en su campo que a domicilio. "El entrenador nos ha dicho lo que sentía. No conseguimos reflejar en el campo el trabajo previo y es normal que Anquela esté enfadado”, explica Tejera; “Hemos tenido una charla larga, hemos hablado todos. Debemos aprender de los errores para cambiar al fin la dinámica en los partidos de casa”.
Sin tiempo para muchas lamentaciones, los azules ya trabajan con la vista puesta en el choque del próximo domingo. Será en Santo Domingo, ante el Alcorcón, un campo que no se le da especialmente bien a los azules. “Es un rival duro con un campo complicado que a muchos equipos no se les da bien. Es un equipo robusto, sólido, no será sencillo”, indica el centrocampista azul, que busca un hueco en el centro del campo tras haber superado la contractura que le impidió estar en Lugo. Con Folch como fijo, Tejera pelea por el puesto con Boateng y Javi Muñoz.
