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LA INTRAHISTORIA

El Roma: 12 caras nuevas y la búsqueda de una identidad

Del adiós de Totti a la etapa de Monchi y Di Francesco. El club se ha querido reconstruir en torno a la figura del director deportivo español.

El Roma llega al Bernabéu tras el tropiezo ante el Chievo, colista de la liga italiana.
AFP

Lo que ha vivido el Roma en el último año y medio da para escribir varios libros. El conjunto de Pallotta, que está luchando en los laberintos de la burocracia italiana para construir su nuevo estadio (y, cada vez que se lo impiden, amenaza con irse), vivió una emocionante revolución: todos recordamos el emotivo adiós de Totti, una página de historia para el fútbol mundial, pero también hubo más cambios. Se fue Spalletti, con el que el ‘Capitano’ tuvo una relación, digamos, complicada, y llegaron el técnico Di Francesco y Monchi.

El club se ha querido reconstruir en torno a la figura del español, que se estrenó en su primera temporada como director deportivo con una especialidad de la casa: una maravillosa hazaña europea. No hubo milagro, porque ganar la Champions habría sido eso, pero faltó poco: el Roma ganó una liguilla con Chelsea y Atlético, eliminó al Barça con una ‘Romantada’ que ya es leyenda y puso en apuros al Liverpool en la semifinal. Fue su segundo mejor resultado en la máxima competición europea, 34 años después de la triste final, siempre ante los reds, perdida en los penaltis. El equipo, de todas formas, alternó las grandes actuaciones continentales con unos preocupantes altibajos en la Serie A: acabó tercero, alejándose de la pelea a muerte entre Inter y Lazio por el cuarto puesto, pero nunca supo meterse en el duelo entre Juventus y Nápoles.

En este verano Monchi se puso manos a la obra y revolucionó la plantilla: llegaron 12 caras nuevas (Olsen, Mirante, Fuzato, Santon, Marcano, Bianda, Pastore, Cristante, Coric, Zaniolo, Kluivert y Nzonzi), pero también se fueron tres pilares como Alisson, Nainggolan y Strootman. Salidas que la hinchada se tomó bastante mal y que causaron muchas criticas hacia la directiva, acusada de perseguir más las plusvalías (alrededor de 450 millones en las últimas siete temporadas, nada mal) que los títulos (ya son diez temporadas sin ganar ninguno). El enfado aumentó tras el titubeante arranque liguero: después de la victoria por la mínima ante el Torino, llegaron un sufrido empate a tres con el Atalanta (que le costó una mano rota a Di Francesco), una derrota ante el Milán (2-1) y el 2-2 del sábado ante el Chievo.

El equipo tiene varios problemas: el más grave son los ‘apagones’ que durante los partidos le han pasado factura (sobre todo en defensa) y la adaptación de tantos fichajes, que necesitan tiempo. Por ejemplo, todavía no está claro en que posición jugará Pastore y con el talento Kluivert y sus 19 años hace falta paciencia.

El Roma, no obstante, lo tiene todo para mejorar: la plantilla es completa, la directiva sólida y su entrenador ha demostrado tener ideas modernas y coraje para sorprender al rival (como hizo con su defensa de tres ante Valverde). En el Bernabéu busca el viraje de su temporada: cuidado con subestimarlo. En Barcelona saben que es peligroso.