Mourinho se queda sin aliados
El Manchester United le respalda, por ahora, pero nadie descarta nada. Hace como en su tercer año en el Chelsea o último en el Real Madrid.
EI United no suele comentar rumores mediáticos pero ayer el club inglés se vio forzado a rechazar, eso sí sin ofrecer ninguna declaración, cualquier posibilidad de despido de su entrenador, José Mourinho. Nadie ha pedido su cabeza todavía y, pese a estar ya a cuatro puntos del City y a seis del Liverpool y del Chelsea con solo tres partidos jugados, la directiva del United entiende que hay suficientes datos para sugerir que dos derrotas en este inicio de liga, el peor desde la temporada 1992-93, y la peor goleada en casa en la carrera de Mourinho, no son más que estadísticas. El vicepresidente y mandamás, Ed Woodward, le quiere conceder la oportunidad de darle la vuelta al asunto. Sin embargo, la prensa ya ha perdido la paciencia con su antiguo héroe y considera que su comportamiento esconde infelicidad y quizá una visión obsoleta del fútbol.
A nadie se le escapa que esta campaña empieza a parecerse a la tercera de su primer mandato en el Chelsea y también a la última en la que estuvo a cargo del Madrid. En ambos casos, se acumularon desacuerdos y cuitas con los directivos y/o con los futbolistas, y Mourinho preparó su salida mostrando públicamente su descontento y actuando de modo irregular. Al final, en ese callejón sin salida que crea el preparador portugués, no queda más remedio que separar sus caminos.
Este verano Mourinho se quejó de una pretemporada que dificultaba la preparación de su equipo y de la falta de fichajes, se enfrentó a Pogba, criticó a Martial y se dice que en la ciudad deportiva se vive en plena tensión. Tras la derrota ante el Brighton de hace diez días, decidió presentarse media hora antes a la rueda de prensa previa al encuentro contra el Tottenham, y contestó con monosílabos. Tras perder ante el Tottenham y defender a su equipo, que tuvo ocasiones para adelantarse en el marcador pero acabó perdiendo 0-3, se levantó de la conferencia de prensa mientras alzaba la voz. “Respeto, respeto, respeto”, lanzó a los medios tras decir que ha ganado tres ligas, una más que todas las acumuladas por los otros 19 entrenadores de la Premier. De nuevo, la vieja táctica de desviar la atención.
No hay un sustituto disponible para Mourinho si el United decide cambiar de líder. Woodward, a quien dos grandes directivos europeos le advirtieron que la hierba que Mourinho pisaba no crecía, tiene toda la confianza de los dueños por la extraordinaria transformación financiera del club. Será él quien decida el futuro de Mourinho, pero los entrenadores que admira (Pochetttino, Allegri, Jardim) no están disponibles. Hasta ahora Abramovich presume de ser el único presidente que ha despedido a Mourinho. Puede que ese dato quede también obsoleto esta temporada.
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