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EUROPA LEAGUE

El 8-1 del Zenit al Dinamo Minsk, un partido para la historia

El equipo ruso remontó el 4-0 del partido de ida en la tercera ronda de la Liga Europa logrando ocho goles en su campo ante el equipo bielorruso.

Los jugadores del Zenit celebran un gol.
ANATOLY MALTSEVEFE

La espectacular goleada que el Zenit le endosó (8-1) al Dinamo Minsk, que traía una ventaja de 4-0 del partido de ida en la tercera ronda de la Liga Europa, ha pasado a la historia del fútbol ruso y europeo.

La prensa rusa no duda en compararla con las remontadas del Barcelona ante el PSG (6-1 tras un 4-0 en París) en los octavos de final de la Liga de Campeones o la del Real Madrid ante el Borussia Monchengladbach en la Copa de la UEFA de 1985-86.

"¡Zenit, eres mejor que el Barcelona!¡Un milagro nunca visto!", titular el diario "Sport Express". Como en el caso de los clubes españoles, pocos creían en la remontada del equipo patrocinado por el consorcio Gazprom, más aún cuando éste ganaba sólo por la mínima a los 65 minutos de juego.

Para más inri, el argentino Leandro Paredes, que había marcado de falta directa en la primera parte, fue expulsado mediado el segundo tiempo.

Pero en los siguientes trece minutos los rusos marcaron tres goles -uno de falta del ecuatoriano Noboa y dos del ruso Dzyuba- e igualaron la eliminatoria, aunque no pudieron obrar el milagro de marcar el quinto gol durante el tiempo reglamentario.

Las cosas se volvieron a torcer en la primera parte de la prórroga, ya que los bielorrusos marcaron, lo que obligaba al Zenit a repetir la proeza del Barcelona.

Todo se decidiría en los siguientes quince minutos. El argentino Driussi marcó el quinto y abrió la puerta a la gloria. Dzyuba dio la vuelta a la eliminatoria desde el punto de penalti y el eslovaco Mak cerró la goleada con dos goles.

Ni siquiera influyó en el ánimo de los locales el disputar el partido sin espectadores, ya que la UEFA sancionó el club ruso por el comportamiento de sus aficionados en la eliminatoria ante el Leipzig de la temporada pasada.

Por ello, el Zenit optó no por el flamante estadio Krestovski, que acogió las semifinales del Mundial entre Francia y Bélgica, sino por el vetusto Petrovski, que presentaba un aspecto desolador.

El héroe de la noche fue el gigantón Artiom Dzyuba, que marcó tres goles y no dejó de creer en la remontada, incluso después de la expulsión de Paredes.

Dzyuba, que anotó tres goles en el Mundial y fue una de las estrellas de su equipo, fue imparable para la defensa bielorrusa, que no supo qué hacer para detener al futbolista de casi 2 metros de estatura.

El partido estuvo rodeado de la polémica antes de su inicio, ya que el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, no dudó en hacer leña del árbol caído después del partido de ida.

"Todos vimos en qué estado se encontraba el Zenit. Algunos futbolistas ya andaban a cuatro patas. (El Dinamo) jugó no contra millonarios, sino contra multimillonarios", comentó.

Las palabras de Lukashenko, que también recordó que el Zenit es una criatura de Gazprom, con el que Bielorrusia ha tenido más de un roce por las tarifas del gas ruso, animaron a los jugadores del Zenit.

Tanto Dzyuba como el técnico del Zenit, Serguéi Semak, admitieron que el exabrupto del conocido como último dictador de Europa fueron un estímulo para los futbolistas del Zenit.

El técnico visitante, Serguéi Gurenko, justificó la derrota apelando a la falta de experiencia internacional de sus futbolistas, aunque también recordó que en la eliminatoria influyó mucho el hecho de que Gazprom es el patrocinador del Zenit.

Es verdad que el árbitro anuló en la primera parte un gol del Dinamo por fuera de juego posicional, aunque también dejó de señalar varios posibles penaltis a favor del Zenit.

"Sí, esta victoria triunfal del Zenit de Semak pertenece a los grandes partidos de la UEFA. Ha pasado a la historia. Una cosa así no la había visto nunca ni Rusia ni Europa", dijo Alexéi Miller, presidente Gazprom.

Hasta el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se vio obligado a aludir a este asunto en su comparecencia diaria, aunque no quiso responder a las polémicas declaraciones del técnico del Dinamo Minsk.

Aunque en las redes sociales algunos hinchas de equipos rivales intentaron ensombrecer la victoria con comentarios sobre un posible amaño, el Zenit ha hecho historia, ya que es sólo la quinta vez que un club remonta cuatro goles en una eliminatoria europea.