Final en el extranjero: todo empezó antes de EE UU 94

Faltaba un año para que los Estados Unidos acogieran el Mundial y no parecía que la apuesta entusiasmara demasiado al público norteamericano. Hacía falta crear un ambiente futbolero en un país que por aquel entonces aún miraba al fútbol con desconfianza. A los organizadores del Mundial y a la FIFA les pareció que la mejor idea para ir calentando motores de cara al acontecimiento era trasladar al estadio RFK de Washington un partido oficial de la mejor liga europea en esa época, que era la italiana.

Así que un 21 de agosto de 1993 se jugó por primera vez en la historia la final de la Supercopa fuera de territorio italiano. Se disputó entre el Milán y el Torino en el estadio RFK de Washington a las 14:30 de la tarde para que en Italia pudiera verse en ‘prime time’. A cambio, los americanos exigieron que el colegiado fuera norteamericano, el señor Dáaz, ante 25.000 espectadores (el estadio tiene 45.000 de aforo) y sirvió de prueba piloto para acoger los partidos del Mundial del año siguiente. Allí, la España de Clemente derrotó luego por 3-0 a Suiza en los octavos de final del Mundial antes de caer ante Italia.

Ganó el Milán por 1-0 con gol de su delanero Simone inaugurando una costumbre que no se perdió en el tiempo y que ha llevado la Supercopa italiana siete veces más al extranjero. Dos veces en Estados Unidos, cuatro en China y dos más en Qatar.

Los franceses, por su parte, decidieron en 2009 disputar su Trophée des Champions en el extranjero y así lo hacen desde entonces. La primera edición fuera de Francia se disputó en Montreal, Canadá (Girondins-Guingamp, 2-0). La penúltima se disputó hace un año en Tánger entre el PSG y el Mónaco (2-1) y la última en Shenzen, China.

Esta noche, España, por cuestiones de calendario, toma el relevo de Italia y Francia y disputa su primera final en el extranjero.

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