Eraso, ‘fichaje’ del Leganés para el tramo final del verano
El navarro ha vuelto a entrenarse con sus compañeros. No ha debutado en pretemporada por una rotura de fibras. El curso pasado fue fundamental para Garitano.
En el fútbol hay fichajes y fichajes. Unos vienen de fuera. Otros están dentro, pero llevan tanto sin jugar, que se les anhela como si fueran eso, fichajes. Javi Eraso, mediocampista navarro del Leganés, se ha enrolado este verano en esta última categoría. Aún no ha debutado en partido de pretemporada aquejado de un problema muscular. Una inoportuna y pequeña rotura de fibras en la parte posterior de su muslo izquierdo lo dejó KO a la segunda semana de entrenamientos. Este martes, por fin, ya se ha entrenado al mismo ritmo que sus compañeros.
Buena noticia para Mauricio Pellegrino, que (dependiendo de su evolución) podría darle cancha el sábado en el Villa de Leganés (20:00, contra el Rayo Vallecano) pensando ya en la primera jornada de Liga contra el Athletic. En San Mamés. De todo, menos un partido normal para Eraso.
En Lezama se formó. Luego salió a Butarque y, tras dos años (uno en Segunda B, otro en Segunda), retornó a la Catedral convertido en todo un león. Dos campañas más tarde, el efecto yo-yo le hizo retornar al sur de Madrid. Garitano fue básico en su vuelta.
Eraso le llamó para preguntarle si continuaría en Butarque ante las dudas sobre la continuidad del técnico. El entrenador, al que entonces le quedaba sólo un año de contrato, le animó a fichar por los pepineros. “Aunque yo me vaya, aquí la gente te quiere y te valora. Serás importante conmigo o sin mí”, le dijo.
Trabajador incansable
Con él, con Garitano, no cabe duda: lo fue. Lo jugó casi todo. En total, 45 partidos en los que hizo cinco dianas. Reconvertido en mediapunta (antes Garitano lo había usado de interior y mediocentro), ejerció un oscuro papel, de esos que brillan poco de cara a la galería, pero aportan mucho al grupo.
En la presión a la salida del balón rival. En el balón parado. En los apoyos a los compañeros. Eraso siempre estaba ahí. Trabajador incansable. Rol currante con fogonazo (más bien golazo) galáctico en el Bernabéu. Su misil a la escuadra abrió boca en el triunfo que tumbó al Madrid en Copa. El principio del fin de Zizou en el Bernabéu.
Ahora Garitano no está. Es el nuevo entrenador de la Real Sociedad. Pellegrino le ha sustituido en Leganés y a Eraso le toca insistir en lo que nunca ha dejado de hacer: trabajar, trabajar y trabajar. Aunque sea a contracorriente tras una lesión que no ha restado esperanza a su vuelta a los entrenamientos. Sus compañeros y el técnico blanquiazul le esperan con ganas. Como si fuera un fichaje. Porque en el fútbol, hay fichajes y fichajes.
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