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ESPANYOL

El fin de los enormes blindajes: el Espanyol varía su estrategia

Tras dos años y medio de renovaciones al alza, la última David López, el Espanyol se aleja de salarios elevados para facilitar entradas y, sobre todo, ventas.

El fin de los enormes blindajes: el Espanyol varía su estrategia
RCD Espanyol

Ha alterado el Espanyol su planificación de la plantilla 2018-19 con David López, con quien han realizado una excepción por varios motivos: para cumplir la promesa que otros le hicieron, pero sobre todo para retener al jugador franquicia tras la marcha de Gerard Moreno, con peso dentro y fuera del campo. Su renovación hasta 2023 (tres años más de los que tenía) se confirmó el miércoles, con 50 millones de cláusula.

Pero el caso de David se puede considerar una especie en peligro de extinción en el Espanyol. El último gran blindaje de un club que, desde el aterrizaje de Chen Yansheng hace dos años y medio, se había distinguido tanto por ofrecer grandes salarios a los jugadores que se iban incorporando (especialmente, en el verano de 2016) como por igualar con estos fichajes a quienes ya militaban antes en la plantilla y cuyas fichas habían quedado, por tanto, desfasadas. Una suerte de efecto dominó que tocó fondo en el verano de 2017 con un ahogo de la masa salarial. Las consecuencias aún se están pagando, y tardarán en desaparecer.

Ahora, y con la excepción de David, la filosofía ha cambiado absolutamente. El reclamo del Espanyol para jugadores pretendidos ya no son altos emolumentos, sino cuestiones deportivas. El primer exponente de ese 'modus operandi' es Borja Iglesias, hasta ahora único fichaje de la temporada, a quien la entidad perica ha convencido desde la perspectiva de que podrá debutar y triunfar en Primera. Su salario será adecuado, pero no desmesurado.

Con esto, que con el tiempo se pretende extender a toda la plantilla, se busca algo a lo que Chen Yansheng da prioridad en estos próximos años, al menos mientras dure la prohibición de invertir por parte del gobierno chino: agilizar las compras y, sobre todo, las ventas. Dicho de otro modo, aprovechar al máximo el rendimiento de los jugadores en favor de los resultados deportivos para después generar beneficios con su traspaso.

Esa rueda funcionará mejor con salarios no tan altos, razonan en el club, porque ningún futbolista tendrá la tentación de acomodarse si rinde y le ofrecen un sueldo mucho más elevado en otro club. Si esto sucede, y salvo arraigo extremo, querrá presionar para salir al Espanyol, que a su vez tendrá la sartén por el mango y exigirá una buena oferta por parte del equipo interesado. Justo lo que ha ocurrido con David López, aunque con la salvedad de que el canterano, como se apuntaba al principio, es un caso singular y especial.

La reducción de salarios y la ausencia de blindajes también contribuirán, lógicamente, al objetivo de reducir el límite salarial de 60,9 a 49 millones.