Del “no obsesionarse con Europa” al “ganar la Liga”
Las frases de Darder reflejan el cambio de chip del equipo después de los cambios estructurales en el club y pese a los recortes en la masa salarial.
Los estados o los climas en los vestuarios acostumbran a reflejarse en las declaraciones de los jugadores. Habitualmente, hay un mensaje común, por eso la mayoría de las conferencias de prensa repiten los mismos mantras. Un ejemplo del cambio de chip que ha dado el Espanyol con la llegada de Rubi al banquillo, Rufete a los despachos y la dirección ya a toda máquina de Óscar Perarnau, se refleja en la evolución del discurso de Sergi Darder, quien ha insuflado un optimismo a los aficionados, que ya se bautizan como feligreses del Darderismo.
El mediocentro mallorquín llegó al Espanyol en septiembre y comentó que “el objetivo es ir a Europa”. Pero, una vez entró a vivir el día a día, vio la dinámica del equipo y el ambiente con Quique Sánchez Flores, su ambición fue menguando. El 28 de marzo, con un Espanyol que no acababa de arrancar y en el comienzo de la crisis que le costó el puesto al entrenador, aunque, no obstante, no muy lejos de Europa, el canterano comentó que “si convertimos acabar en Europa en una obsesión será peor para todos”. Un paso atrás, el sentir general del grupo.
El volantazo que le dio al equipo David Gallego demostró el enquistamiento en el que estaba inmerso el equipo, y ahora con la llegada de Rubi regresa el optimismo. Todos en el apartado deportivo, sin excepciones pero sin prisas, confían en crear un Espanyol con un espíritu ganador, y esas sensaciones Darder las transmitió al natural. “Lo que debemos hacer es ganar la Liga. Sabemos que un 99,9% es imposible. Ahora mismo pensamos que somos los mejores, estamos ilusionados y con ambición, ya tendremos tiempo de pensar que somos un equipo normal”, comentó.
Anteriormente, la palabra Europa estaba prohibida y, el entrenador, llegó a comentar en la trastienda que la prensa y la afición estaban obsesionados con esos objetivos cuando el nivel del equipo, y el presupuesto, indicaban que la posición del Espanyol se amoldaba más a la décima plaza.
Ahora, con un recorte de la masa salarial (de 62 se pasaría a 49 millones aproximadamente) y con otro tipo de contrataciones, nadie en el club quiere ponerle palos a las ruedas al equipo y quieren que, desde el primer día, exista una mentalidad ganadora. “Quiero volver de Vigo con los tres puntos”, dijo Rubi. Pues eso.