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CÁDIZ

Mágico y Emilio, una historia para quitarse el sombrero

Una imagen que enamoró al cadismo fue el 'sombrero' que Emilio le regaló a 'Mágico' en el encuentro del pasado viernes. Esconde una bonita historia y amistad.

Emilio realiza un sobrero a Mágico González.
ALVARO RIVERODIARIO AS

Si hay algo en este mundo capaz de enamorar al cien por cien a ‘Mágico’ González no es ni el dinero ni la fama, todo lo contrario. La normalidad ha sido y es el tesoro más ansiado por el salvadoreño, y esa pasión por pasar desapercibido y disfrutar de la vida sin llamar la atención siempre ha ido de la mano de su amor por los más pequeños. Por los niños. De hecho, la principal razón por la que ha visitado Cádiz en estos días es por trabajar para ellos.

Jorge siempre se desvivió por los más pequeños. Durante su etapa como jugador cadista también, como no podía ser de otra manera. No era extraño verle jugar partidos en la calle con niños gaditanos, inclusive llegando tarde a actos del club o a los entrenamientos. Cuando salía de los entrenamientos, o de los partidos, hacía las delicias de los niños que se acercaban para pedirle autógrafos para terminar echando una ‘pachanguita’ con ellos.

En uno de estos improvisados y singulares partidos que se vivían en las calles de la ‘Tacita de Plata’ había un pequeño llamado Emilio Ramírez, al que conoció en la segunda mitad de la década de los ochenta cuando el ‘Mago’ regresó de su cesión al Real Valladolid. Ramírez, que por aquel entonces tenía 11 años, fue poco a poco entablando una dulce amistad con el salvadoreño. Ambos se ‘picaban’ haciéndose regates. Mientras Ramírez le intentaba hacer ‘sombreritos’, Jorge le tiraba ‘caños’, pero con una peculiaridad.

Emilio, que padece hipocondroplasia –enanismo-, era víctima de los trucos de ‘Mágico’, ya que todo el mundo se asombraba al ver a González haciéndole caños, debido a la baja estatura de Ramírez. A veces, cuando Emilio se escapaba del colegio para ver los entrenamientos en Carranza del equipo amarillo, Jorge le llegaba a invitar a bajar al césped para jugar allí. Los compañeros alucinaban. La amistad se iba forjando.

Ahora, a sus 43 años, Emilio regenta un kiosco en la capital gaditana y sigue en contacto con ‘Mágico’, que tiene 60 años como bien es sabido. Durante la visita de Jorge a Cádiz, el balón los ha vuelto a cruzar. Ambos se volvieron a enfrentar en el partido que se vivió en el coliseo cadista el pasado viernes, viviéndose un momento entrañable entre dos amigos que volvieron a hacer de las suyas sobre el césped.

Sin duda, el momento más aplaudido de este encuentro para la historia fue el ‘sombrerito’ que Emilio le realizó a Jorge en la segunda mitad. El ‘Mago’, que se esperaba la ‘venganza’ en forma de caño, pensó en cerrar las piernas mientras el gaditano le sorprendía, tanto a él como al público, con una acción que hizo saltar los aplausos del respetable. Su amigo Emilio le puso el sombrero al mago, dejó una imagen que ambos recordarán siempre con cariño y cuyo abrazo posterior confirmó el respeto y aprecio mutuo.