Quique Setién vive el mito de Sísifo con los porteros del Betis
El cántabro educó a Adán, Dani Giménez y Pedro en el juego con los pies, pero los tres se han ido. Ahora lo debe hacer con Pau y Joel.
Antonio Adán acaba de dar el salto al Atlético entre otras cosas porque, como él mismo confesó, Quique Setién le ha hecho "mejor portero". El guardameta de Mejorada necesitó varios meses para crecer sobre todo en el juego con los pies gracias a la insistencia del técnico cántabro, que en el Betis ha puesto un empeño fundamental en que los guardametas sean los primeros creadores sobre el campo y no se limiten sólo al patadón cuando les llegue la pelota.
A Adán tanto riesgo le costó un disgusto y un gol en la jornada 3 de la pasada Liga, contra el Villarreal, pero luego no volvió a tener errores de consideración y sí mostró una mejoría grande en la combinación con sus defensas, igual que su suplente Dani Giménez o el canterano Pedro López, que acabó jugando en el final de campaña ante las lesiones de los otros dos. Pero los tres se han marchado de Heliópolis juntos este mismo verano.
Y han llegado Pau López y Joel Robles. "Alabo la predisposición de ambos para aprender y ya saben que la responsabilidad va a ser mía por jugar así", dijo este martes desde Montecastillo el propio Setién, consciente que deberá comenzar de cero con los dos nuevos guardametas. El entrenador santanderino, tozudo en el empeño, ya se ha puesto de nuevo desde el primer entrenamiento en Jerez a enseñar a otros dos porteros su filosofía de intentar sacar la pelota jugada siempre que se pueda.
A Setién y su insistencia en el tiqui-taca desde lo más atrás posible parecen haberle condenado al famoso mito de Sísifo, aquel rey griego castigado por Zeus a empujar una piedra enorme por una ladera empinada para que ésta volviese a descender justo antes de alcanzar la cima, una y otra vez, durante toda su vida.
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